HOSPITAL ASILO «SAN JUAN DE DIOS». VALENCIA

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Tengo, lo reconozco, una especial predilección por intentar modestamente salvar del olvido instituciones eclesiales o civiles de la historia de VALENCIA, relacionadas con el don del asilo y de la sanidad. Debe ser una secuencia de la longevidad que voy alcanzando. Como sea, o no, vele ahí, el intento de hoy. Por si te interesa.
Diseñado por el arquitecto Francisco Mora Berenguer en 1907, el Hospital-Asilo de San Juan de Dios responde a un nueva concepción higienista que se plasma en la disposición abierta del edificio, con amplias galerías y terrazas, para aprovechar los beneficios del sol y de la brisa marina.

Se construyó en un principio para los religiosos de la Orden, dedicada tradicionalmente al cuidado de las pobres y enfermos, pero se especializó en el cuidado de niños escrofulosos e inválidos, y es hoy en día un moderno centro hospitalario, que lleva por nombre Hospital de Valencia al Mar.


La planta general del edificio adopta una disposición simétrica en forma de U, basada en un cuerpo central, de mayor altura, y dos alas laterales que surgen perpendicularmente de sus extremos. La construcción hace un uso abundante del ladrillo utilizado con criterios de austeridad, que solo se varían en la parte superior del cuerpo central en donde se formaliza un remate de corte neomudejar, con la utilización de elementos ceramicos de color verde y azul.

En el cuerpo central, en el remate superior formado por un fronton de perfil quebrado y dentro de una hornacina podemos encontrar una imagen de San Juan de Dios llevando entre sus brazos a un niño enfermo.

Las dos alas laterales están construidas como pandas de un claustro con dos alturas; el inferior formado por arcos de medio punto y el superior con vanos adintelados; en la actualidad uno de los laterales se ha cerrado para dar mayor capacidad a las salas de consultas. Destaca en el conjunto de todo el edificio la gran utilización de balaustradas de ladrillo.

En el centro del espacio que queda entre estos tres cuerpos una fuente permite una ambientación mas propia de un jardin que de un moderno hospital. La cercania del Mar Mediterraneo y el Sol junto con los avances de la medicina curan por si solos.

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ARTE Y MONUMENTOS DE ALLARIZ, ORENSE.

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Además de los monumentos señalados (restos de fortalezas y murallas, viejas y nobles iglesias) hay que disfrutar de sus calles de piedras antiguas, salpicadas de palacios y casonas.

La villa de Allariz de ubica sobre el cerro de O Gástelo que está rodeado por el río Arnoia.

Río Arnoia a su paso por Allariz

Allariz hunde sus raíces históricas en la civilización castreña y posteriormente en la colonización de tiempos romanos. El nombre de Allariz, sin embargo proviene de un asentamiento suevo y de su jefe militar Alarico que estableció aquí su residencia.

Puerta oeste de la iglesia románica de Allariz

Tras el gran esplendor de Allariz en tiempos del reino Suevo a comienzos de la Edad Media hay que esperar a los siglos XI, XII y XIII para recuperar su importancia. Alfonso VI, sobre el año 1075 construye murallas y fortaleza. Su nieto Alfonso VII inicia la costumbre de educar a los príncipes en esta villa.

Calles de Allariz

La decadencia de la villa Allariz llega en el siglo XIV por las represalias de Enrique II de Trastamara por ser villa afín a Pedro I durante la guerra civil y fratricida sufrida por el reino y finalizada en 1369.

Iglesia de Santiago en Allariz. Orense

De los siglos plenomedievales, Allariz ha conservado numerosos monumentos como su buena colección de iglesias románicas (algunas lamentablemente transformadas), restos de muralla y castillo, el convento de Santa Clara, el conjunto urbanístico del barrio judío,

Iglesia de Santa María de Vilanova, Allariz

Iglesias románicas de Allariz

Nos referimos a las iglesias parroquiales de Santiago, Santa María de Vilanova, San Pedro y San Esteban.

Detalle de la portada sur de Santa MAría de Vilanova, Allariz

Iglesia de Santiago

La más completa y hermosa es el templo parroquial de Santiago (finales del siglo XII) ubicado en el corazón de la villa. Estamos ante un templo del románico rural gallego pero de muy buenas hechuras que, además, se conserva en buen estado y bastante completo. Presenta una sola nave rectangular engarzada a una magnifica de tramo recto o anteábside y ábside muy decorado.

Iglesia de Santiago, Allariz

Sin duda es este ábside lo más armonioso y bello de la iglesia, con ventanales moldurados sobre columnillas encapiteladas, columnas entregas que seccionan el tambor en tres paños, cornisa decorada con arcos sobre canecillos historiados, etc.

De esta iglesia, además de la armonía y delicadeza de su ábside, no hay que perderse su magnífica colección de esculturas, tanto los canecillos como los capiteles de las ventanas, que aunque tallados en el duro granito, muestran una delicadeza e imaginación poco frecuente en el románico de Galicia. En la cornisa prevalecen las cabezas de animales como cabras y bóvidos, pero también humanas.

Los capiteles de las columnas de los ventanales y de las columnas entregas son más interesantes. En ellos se aprecia la intención de reflejar la lucha entre el bien y el mal, donde personas aparecen en lucha con serpientes o aconsejados por animales simbólicos o junto a aves que se pican sus propias patas.

Capitel con cabeza humana y aves

En cuanto a las puertas de ingreso, este templo de Santiago de Allariz posee dos. La puerta principal es la occidental, que pasa algo desapercibida por su proximidad a una vivienda. Dispone de tres arquivoltas de medio punto, siendo las interiores de boceles y escocias, mientras que la exterior presenta rollo de «tipo zamorano». Los capiteles de las cuatro columnas repiten el tema de aves y dragones aconsejando a los oídos a cabezas humanas.

La entrada meridional es más sencilla con capiteles rudamente tallados pero de misterioso simbolismo. Uno de ellos muestra a un búho o una lechuza agarrándose a un cuerpo cilíndrico rematado en una cabeza humana.

Capitel de la puerta sur

En el otro aparece un hombre con una planta en forma de cruz latina sobe su cuerpo.

El capitel opuesto de la misma puerta

Iglesia de San Pedro

Esta iglesia de Allariz, de origen románico, ha sufrido muchas intervenciones posteriores, aunque conserva algunos elementos que revelan su origen medieval. Documentada desde el año 1170, año de su consagración, aparece citada con frecuencia a lo largo del siglo XIII. Desde su origen debió ser una iglesia parroquial sencilla, estructurada en torno a una nave única con ábside recto, una torre ubicada a los pies, y un claustro en el lado norte, hoy desaparecido.

Torre de la iglesia de San Pedro

A lo largo de los siglos XVII y XVIII se reformó la nave y la torre, de la que sólo es original su base, y se construyó una nueva fachada barroca en el muro occidental, en donde una inscripción recuerda el año fundacional del templo.

Puerta. Iglesia de San Pedro de Allariz

En el muro meridional puede verse una interesante portada gótica, que procede de la arruinada iglesia de San Salvador de Piñeiro, y que se colocó aquí en 1922. En la década de los 60 del siglo XX se hicieron obras en la sacristía y aparecieron cinco canecillos que revelaron que el ábside original era mucho más bajo que el actual.

Canecillos de la iglesia medieval

Iglesia de Santa María de Vilanova

El edificio fue construido entre los últimos años del siglo XII y los primeros del XIII, por la Orden de San Juan de Jerusalén.

Iglesia de Santa María de Vilanova

Es una obra sencilla, con una única nave y ábside rectangular. Su aspecto actual obedece a una reconstrucción que se realizó a principios del siglo XX. La fachada del muro de los pies es del siglo XVI. Sobre ella se levanta una espadaña, también moderna. Se ha especulado con que en esta fachada hubiese una portada monumental y sobre ella un rosetón, como es habitual en el románico rural gallego.

En el muro norte y sur se abren sendas portadas románicas, formadas por arcos de medio punto rodeadas de arquivoltas, y cuyo modelo se ha vinculado con el desaparecido arco de acceso del Pórtico de la Gloria.

Puerta meridional

En el hastial oriental de la nave, sobre el ábside, hay un rosetón rodeado por dos roscas, con una celosía formada por vanos circulares.

Iglesia de San Esteban

También es interesante la iglesia de San Esteban (Santo Estevo), fechable a finales del siglo XII, con reformas en el Renacimiento y altares barrocos.

Iglesia de San Esteban de Allariz,  Orense

Puente románico de Vilanova en Allariz

Junto a la iglesia de Santa María, salvando el río Arnoia y al pie del cerro sobre el que se sitúa la villa de Allariz, se encuentra este puente románico.

Puente románico de Vilanova en Allariz

Algunos autores afirman que su construcción se acometió en el siglo XIII, mientras que otros lo retrasan hasta la siguiente centuria. Se trata de una estructura sencilla, compuesta por dos grandes arcos ligeramente apuntados, cada uno de ellos de una luz aproximada de unos 11 metros.

La Orden de San Juan de Jerusalén, responsable de la construcción de la cercana iglesia de Santa María, vigilaba el paso del puente que permitía el acceso a la villa, situada en un importante cruce de caminos, y paso obligado en la ruta hacia Castilla.

El puente con su característico perfil de lomo de asno

A lo largo del siglo XVI sufrió importantes daños, debido a las crecidas del río. Un sillar con la fecha de 1600 situado en el pretil nos recuerda la fecha en la que se realizó la última reconstrucción. En las bóvedas de los arcos se observa un variado repertorio de marcas de cantero.

Puente medieval de Vilanova, Allariz

Real Monasterio de Santa Clara

El imponente y Real Monasterio de Santa Clara, fundado en 1268, es un soberbio conjunto monumental de distintos estilos, desde el gótico del siglo XIII (fecha en que construye la iglesia original) al barroco del XVIII (época en la que se reconstruye)

El Real Monasterio de Santa Clara de Allariz presume de tener el claustro barroco más grande de de España

El Museo de Arte Sacro del Monasterio se guardan piezas de gran valor, como lo son sus dos principales joyas, la Virgen Abrideira, y La Cruz de cristal.

Otros monumentos de Allariz

Tenemos que citar aquí la iglesia barroca de San Benito, junto al ya citado Real Monasterio de Santa Clara. Es el templo dedicado a San Benito una obra comenzada en 1770, con espigada y elegante torre campanario y gran cimborrio.

También interesa el palacio de los Enríquez en la plaza principal.

El Barrio judío de Allariz es de gran valor. Se encuentra en el barrio extramuros de Socastelo donde se asentaron en el siglo XIII.

Otros lugares interesantes son la Casa Torre De Castro Ojea, que tiene tres cuerpos alrededor de la torre que data de principios del siglo XVI. La fachada de la Calle de la Cruz es del 1748, de estilo barroco.

También citamos aquí los restos de la muralla.

Museo Sefardí de Toledo

El museo Sefardí tiene su sede en la sinagoga de Samuel ha-Leví, más conocida como Sinagoga del Tránsito, en la antigua judería de Toledo. Auspiciado por este magnífico marco arquitectónico, la institución ofrece un recorrido por la historia de la cultura hispanojudía.
Samuel ha-Leví
Historia del Museo Sefardí
Los antecedentes de este museo se remontan a los primeros años del siglo pasado. En 1911 el marqués de la Vega Inclán (1858-1952), gran impulsor del turismo, decidió crear un centro de estudios hebraicos en el interior de la sinagoga. Para ello se procedió a la restauración del edificio y unos años más tarde, se trasladaron allí unas laudas sepulcrales con inscripciones hebreas, que procedían del museo arqueológico municipal.
Los judíos en Hispania
Durante gran parte del siglo XX el edificio estuvo bajo la custodia de la Fundación Vega-Inclán, que gestionaba también la Casa-Museo de El Greco. En 1964, coincidiendo con la tímida apertura democristiana del régimen franquista, se publicó un Decreto por medio del cuál se creaba el Museo Sefardí. El objetivo de esta institución era crear un centro de estudios y reunir y exhibir objetos de la cultura judía.
Señalización de la Judería de Toledo
Desde el mismo momento de su fundación se consideró que la sinagoga del Tránsito sería el lugar más apropiado para albergar las colecciones del nuevo museo, debido a su singularidad arquitectónica y a que se trata de una de las pocas sinagogas que se han conservado en nuestro país.
Museo Sefardí
Para poder adecuar el edificio a su fin museístico, durante los años siguientes se procedió a realizar una campaña de restauración del edificio y de las salas que actualmente albergan la colección permanente.
Artesonado de la sala de oración de la sinagoga del Tránsito
En 1971 el museo abría sus puertas al público. Durante estos primeros años los objetos se expusieron sin orden ni concierto. Además, tampoco se explicaba el significado de la gran sala de oración de la Sinagoga, ni se tradujeron las inscripciones que adornan sus muros.
Silla de circuncisión o de Elías
A finales de la década de los 70 las salas vieron su primera transformación, modificándose el color de las paredes, y reorganizando las piezas para crear un pequeño discurso en torno al ciclo vital y festivo de los judíos.
Joyería judía
Desde la dirección del museo se inició una política de adquisición de piezas y se reprodujeron algunos objetos que no pudieron trasladarse al museo. Esto incrementó la colección de forma notable, dado que hasta ese momento la mayoría de las piezas que se exhibían eran depósitos de otras instituciones.
Colecciones del Museo Sefardí
El aspecto actual del museo obedece a una profunda transformación que tuvo lugar durante los años del primer gobierno socialista, una vez superados todos los reveses de la transición política. Por iniciativa del Ministerio de Cultura se inició un proyecto pionero, que perseguía integrar el edificio dentro del discurso de la colección. Así, se recuperó el espacio íntegro de la sala de oración, se restauró la galería de mujeres, que antes era inaccesible, se habilitaron los dos patios exteriores, y se construyó un nuevo edificio para instalar en él todo el aparato administrativo.
Arquerías de la Sinagoga del Tránsito
También se consiguió el depósito de piezas de importantes museos internacionales. Desde entonces, estos préstamos se han ido renovando año tras año, y la colección se ha enriquecido con nuevas piezas. Todo ello ha contribuido a consolidar la institución, que recibe a varios a cientos de miles de visitantes al año, y cuyo futuro es alentador, dado que es uno de los museos cuyo número de visitantes más ha crecido en los últimos meses.
El Museo Sefardí conserva una magnífica colección de piezas
La sala de oración
El discurso expositivo se inicia en la magnífica sala de oración de la sinagoga, que constituye la pieza más destacada de todo el museo. En unos pequeños paneles se explican las funciones de una sinagoga, se describe el edificio y su historia, y se plantea un breve repaso por las otras dos sinagogas conservadas en España, la de Santa María la Blanca y la de Córdoba. También puede verse, en un lateral, una maqueta con un corte transversal del artesonado de la sala de oración, que permite comprender su técnica constructiva; así como otros paneles que traducen las diferentes inscripciones de los muros.
Muro mudéjar de la sala de oración
A continuación, el visitante acede a las tres salas, que antaño habían albergado los archivos de las órdenes militares de Alcántara y Calatrava, y en donde se exponen las piezas de la colección permanente.
Ventanales y arcos ciegos de la parte superior de la sala de oración de la Sinagoga del Tránsito
Más información de la Sinagoga del Tránsito, Toledo
Sala 1: Los judíos en el antiguo oriente. El judaísmo como modo de vida.
La primera sala se encuentra dividida en dos secciones, en donde se explica, por un lado, las raíces de la religión judía en el próximo oriente; y por el otro la cotidianeidad de los judíos: su vida diaria, los actos litúrgicos, y las celebraciones.
En la primera parte puede verse una maqueta de la sinagoga de Meroth, en Israel, que sirve para articular un discurso en torno a la forma y función de estos edificios, cuyas características formales pueden adaptarse fácilmente a las diferentes tradiciones constructivas, como puede verse realizando una comparación entre este modelo a escala, que sigue la estructura característica de las basílicas romanas, y la del Tránsito, de estética claramente andalusí.
En la parte de la sala dedicada al modo de vida de los judíos se expone una caja para guardar la Mezuzá. Se trata de un rollo de pergamino con dos versículos de la Torá (6, 4-9; 11, 12-21), el libro más sagrado del Judaísmo, que se adhiere en un estuche en la parte superior de la jamba derecha de las viviendas judías, y que constituye uno de los preceptos más antiguos de esta religión.
En la parte visible del exterior del pergamino, se escribe la palabra «Shadai», uno de los nombres de Dios. Por desgracia, la Mezuzá del estuche que se conserva en el museo no se ha conservado. La forma del receptáculo tiene muchas variantes, en algunos casos son auténticas joyas de orfebrería. El que se expone está realizado en plata, con una decoración a base de motivos vegetales. En la parte inferior hay una inscripción con las palabras en hebrero «Escucha, Israel», y una pequeña campana, y en la parte superior se remata con una corona.
También puede verse una Menorá, un candelabro de siete brazos, que también forma parte de uno de los rituales más importantes de la religión judía. Su significado está en relación con la luz de Dios, cada uno de los brazos alude a una de las ramas del conocimiento, que se guían por la mano de Dios, en el centro.
Menorá
Otra de las piezas destacadas es el Sefer Toráh, una copia manuscrita de la Toráh escrita íntegramente en hebreo, y que se realiza siguiendo un costoso y largo proceso. Se guarda dentro del arca de la Torá, que constituye el lugar más sagrado de la sinagoga, y se lee en las ceremonias litúrgicas, habitualmente los lunes y jueves por la mañana, así como en determinadas celebraciones. La terminación e instalación de un rollo nuevo es motivo de una gran ceremonia. Por fuera, se reviste de lujosos ornamentos, con un manto de terciopelo, un pectoral, y una corona, y los extremos se decoran con remates de plata que a su vez, facilitan la lectura.
Toráh
Sala 2: Los judíos en Hispania. Los judíos en al-Ándalus
En la siguiente sala el recorrido continúa con la historia de los judíos en nuestro país, estableciéndose una diferencia cronológica marcada por la llegada de los musulmanes en el año 711.
Ladrillo funerario. Siglo V
Los primeros testimonios de la llegada de judíos a la Península Ibérica datan de época romana. Este pueblo se mostró tolerantes, no sólo con la religión judía, sino también con el resto de creencias que convivían en Hispania, lo que permitió un gran desarrollo del judaísmo, que continuó en época visigoda hasta la llegada de los musulmanes.
En esta sala se encuentra uno de los objetos más sobresalientes del museo. Se trata de la conocida como «pila trilingüe», una pequeña pieza de forma rectangular, cuyo uso original no está del todo claro, algunos autores la han interpretado como una pila de abluciones, pero otros indican que podría tratarse de la parte inferior de un sarcófago infantil.
Pila trilingüe
El desagüe que posee en uno de los lados de la base evidencia el uso que se le dio posteriormente. La pieza apareció por casualidad, al derribar unas casas cercanas a la judería de Tarragona, y se ha datado en el siglo V a.C. En el lado frontal hay una Menorá labrada, flanqueada por dos pavos reales, bajo los cuáles se encuentra una inscripción triple de la que deriva el nombre de la pieza.
Detalle de la pila trilingüe
De izquierda a derecha puede leerse, en caracteres hebreos, latinos y griegos, respectivamente, «Paz sobre Israel, y sobre nosotros, y sobre nuestros hijos. Amén»; «Pax Fides […]» y «Pah […]». El deterioro de las inscripciones latina y griega impide su lectura, aunque seguramente fuesen similares a la frase hebrea.
En esta sala también puede verse una maqueta a escala de la sinagoga de Córdoba, uno de los pocos ejemplos de estos edificios que han sobrevivido en España.
Maqueta de la Sinagoga de Córdoba
El Jardín de la Memoria
Desde este patio se accede al llamado Jardín de la Memoria. Aquí se muestran una serie de piezas de mayor tamaño y menos delicadas que las que se exponen en las vitrinas, y constituye también un lugar de descanso para el visitante. En este patio se exhiben diferentes laudas sepulcrales, que proceden de diversos lugares de España, y son utilizadas para explicar la actitud de la religión judía ante la muerte. En uno de los lados, sobre una lápida de granito, puede leerse un poema que habla de la muerte, y que fue escrito por Samuel Ibn Nagrella (993-1055), el primer ministro de Badis ben Habús, rey de la taifa de Granada (1038-1073).
Sala 3: Los judíos en la España cristiana.
El recorrido continúa con la historia de los judíos hispanos tras la reconquista cristiana. Entre los siglos XII y XV tuvo lugar una edad dorada para los judíos hispanos. Una muestra de ello es la página del «Kéter Damascus», realizada en Burgos en el año 1260, y que fue hallada en una sinagoga de Damasco. Se trata de uno de los dos textos realizados de forma manuscrita de la Tanaj, la Biblia hebrea. El resto del libro se conserva en la Biblioteca Nacional de Israel, en Jerusalén. Es un manuscrito hermosamente iluminado, con una decoración formada por tres cuadrados, decorados con formas geométricas en el exterior, una inscripción con caracteres hebreos en el central, y motivos vegetales el interior.
Copia de un capitel bilingüe de los siglos XII - XIII
El florecimiento que el pueblo judío vivió en los reinos de Castilla y Aragón durante estos siglos se terminó con el Edicto firmado en Granada por los Reyes Católicos en 1492, por medio de los cuáles se ordenaba su expulsión. De este momento pueden verse algunos objetos pertenecientes a la Inquisición, creada en 1478, y que tenía como uno de sus propósitos la investigación de cristianos nuevos, entre los cuáles se encontraban individuos que aseguraban abrazar la fe católica, pero que en secreto seguían los dogmas hebreos. Entre los instrumentos expuestos se encuentra un curioso portatintero del siglo XVI con el símbolo inquisitorial en uno de sus lados y el escudo papal en la otra cara; y diversas matrices.
En esta sala también puede verse una acuarela de Ricardo Madrazo, que muestra el interior de la antigua sinagoga de Segovia, que en 1410 fue reconvertida en iglesia católica y que fue destruida, prácticamente en su totalidad, en un incendio a finales del siglo XIX.
Patio Este
A continuación, por medio de un espacio de transición donde se ubica una maqueta del Toledo del siglo XIV y se señala el barrio de la judería, se accede a otro patio, acondicionado como lugar de descanso.
Maqueta de Toledo con la ubicación de la judería
En el subsuelo se han adaptado a la visita unos restos arqueológicos, a los que solamente se puede acceder bajo petición expresa.
La galería de mujeres: el ciclo vital, el ciclo festivo y la lengua sefardí.
Desde el patio, se vuelve a penetrar en el edificio de la sinagoga, donde, por medio de una escalera, se accede a la galería de mujeres. En las paredes de esta escalera se exponen, a la subida, varias pinturas de retratos de mujeres judías, y en la bajada hacia la tienda, en una vitrina, dos trajes típicos de los novios.
Atuendos para la boda
El discurso expositivo de la galería de mujeres gira en torno al ciclo vital y festivo del pueblo hebreo, así como a la lengua sefardí. Desde allí el visitante puede asomarse y contemplar desde otro ángulo la magnífica sala de oración.
Sala del museo correspondiente con la galería de mujeres
Al igual que en ésta, todas las inscripciones de los muros se encuentran traducidas en pequeños paneles. En las vitrinas se encuentran objetos curiosos, como una cartilla escolar, un hermoso contrato matrimonial, cuyas clausulas se cobijan bajo un arco de herradura con decoración vegetal, o diversas joyas pertenecientes al ajuar judío.

Joyería

(Autor del texto del artículo: Víctor López Lorente)

MONASTERIO DE SANTO DOMINGO. VALENCIA

Declarado el 3 de junio de 1931 Monumento Histórico Artístico Nacional

La primera piedra de este antiguo Convento llamado de Predicadores fue colocada por el propio rey Jaime I, el 11 de abril de 1239, siendo una fundación de fray Miguel de Fabra (fraile dominico confesor del rey y discípulo de Santo Domingo de Guzmán) construyéndose una pequeña iglesia, a la que sucedería en 1250 otra iglesia también muy sencilla. A esta iglesia le siguió un tercer templo construido en 1382 y que sería derribado en el siglo XIX. Aunque no han llegado hasta nuestros días estas edificaciones, salvo el Claustro Mayor y la Sala Capitular, datados en el siglo XIV, es hoy en día uno de los monumentos más importantes y también mas desconocidos de la ciudad.

 
De su importancia cabe destacar que en este convento vivieron y fueron priores, San Vicente Ferrer (1357-1419) y San Luis Bertrán (1526-1581) (santos valencianos); que en su Sala Capitular se realizaron diversas Cortes del Reino y que ha sido desde antiguo lugar de enterramiento de personajes celebres de la ciudad. En el convento descansaban los restos de fray Miguel de Fabra, aunque ahora descansan en la Basílica de San Vicente Ferrer, actual Convento de Predicadores.    
El lugar donde se construyó el convento después de la reconquista, se encontraba extramuros de la ciudad, por lo que en 1276 el obispo de Valencia fray Andrés de Albalat construyó a sus expensas una ampliación de la muralla que abarcara este nuevo convento dominico. Hay que hacer constar que fray Andrés de Albalat era dominico. El lugar escogido se encontraba en las cercanías de la puerta musulmana de la Xerea.

El convento albergó entre sus muros y esta es una nueva prueba de su importancia pasada, la Escuela de Gramática y Lógica (creada por el obispo Andrés de Albalat en 1259, la Cátedra de lenguas orientales (1281), la cátedra pública de Teología creada por el obispo Ramón Gastón en 1345 y la Iniciación de los estudios de hebreo en 1629, y que muchos de sus monjes que procedían de diversos lugares de España y aún del extranjero ejercían de interpretes ante las embajadas de distintos países que llegaban al Reino de Valencia y aún a la España de los Austria y de los Borbones.

El conjunto del Real Convento de Santo Domingo, está formado en la actualidad por las siguientes unidades básicas:

Claustro Mayor o Claustro gótico
Sala Capitular
Capilla Real
Refectorio o Salón del Trono
Capilla de San Vicente
Fachadas del convento y de la iglesia
Celda de San Vicente Ferrer

Claustro Mayor o Claustro gótico
Una de las mas destacadas bellezas arquitectónicas que posee Valencia es el Claustro Mayor del antiguo Real Convento de Santo Domingo, tan ligado a la historia de Valencia desde la reconquista de la ciudad por el rey don Jaime I de Aragón y tan desconocido en nuestra ciudad.

El plano del padre Tosca, realizado en 1704, tan valioso para el estudio de la Valencia antigua, muestra claramente el área que ocupaba aquel importantísimo convento, con su iglesia y sus magníficos claustros. De los dos que tenia este cenobio, destaca ostensiblemente, con toda magnificencia, el llamado Claustro Mayor, donde el estilo ojival florido del siglo XIV resplandece con vigor en todos sus elementos decorativos.

El claustro gótico, iniciado muy a principios del siglo XIV, es de planta cuadrada (34 metros por lado) tiene seis arcos apuntados en cada lado, menos en el del lado norte que tiene cinco, en el centro tiene un pequeño jardín, en cuyo centro existe un brocal de pozo de estilo gótico; el maestro Sala, cronista que fue del convento, advierte que en 1597 se hizo la cisterna, con soporte de hierro forjado, de donde pende la necesaria polea. El que ahora vemos procede de una donación realizada al convento por el Museo de Bellas Artes de Valencia.

El claustro fue construido a iniciativa de don Pedro Boil con derecho a ser enterrado su linaje en el convento. Las bóvedas son de crucería con plementería de ladrillo; los nervios apoyan en ménsulas historiadas. Todas las alas tienen contrafuertes exteriores recayentes al patio interior.

En su panda este las arquerías presentan parteluces y tracerías gótico-flamígeras, floridas y trilobuladas, cosa que no tienen las otras tres pandas del claustro. Las galerías están cubiertas por bóvedas de crucería simple con nervios de piedra y plementos tabicados en ladrillo.


Sobre este claustro gótico del siglo XIV y XV, se levanta un segundo piso formado esta vez por numerosos arcos dispuestos entre pilastras clásicas y rematado por una cornisa soportada por elaboradas ménsulas. Este segundo claustro (siglo XVII) es obra de Francisco Padilla, activo en Valencia entre 1673 y 1703 y fue realizado en ladrillo con arquerías de medio punto.

Las cuatro naves del espléndido claustro estuvieron ocupadas por un buen número de capillas y altares, la mayoría erigidas por notorios caballeros valencianos, algunos de los cuales, con sus familiares, fueron enterrados en aquellos lugares. La única excepción es la nave norte que no disponía de capillas aunque si hubieron altares y enterramientos en el suelo y sepulcros unidos a la pared. El motivo, es que ésta panda hacía de contrafuerte con el muro de la desaparecida iglesia.

El padre dominico José Teixidor Tilles (El Grao 1694-Valencia 1775) escritor laborioso y bibliotecario del convento (falleció aquí mismo), en su obra «Capillas y sepulturas de la iglesia y claustro del Convento de Predicadores de Valencia», cita con detalle curiosidades históricas, especialmente de las capillas del claustro, de las que destacaba principalmente las dedicadas a Nuestra Señora de la Leche y la de la Virgen de la Misericordia. A invocación de la primera «que es lo primer diumenge ans de Nadal», concedió el papa aragonés Benedicto XIII, el famoso Papa Luna, indulgencia «per dos anys e dos quarentenes», según bula de abril de 1406, expedida por el citado pontífice.

Se dice que en la capilla de Nuestra Señora de la Leche predicó San Vicente Ferrer (1357-1419) en diversas ocasiones, el padre Teixidor cita que en el claustro grande, «lleno de lápidas y sepulcros», estaban enterrados los hermanos del santo, Constanza Ferrer, esposa de Pedro Signes, notario, y Pedro Ferrer, mercader, fallecido en 1404.

En la panda OESTE solo encontraremos arcos tapiados de lo que fueron las capillas, ya que las mismas fueron destruidas para levantar la actual Capilla de San Vicente a finales del siglo XVIII.

De las capillas y altares que existieron en esta panda y que ya no existen citaremos:

• Altar de La Oración en el Huerto
• Capilla de la Presentación del Niño Jesús en el Templo. También conocida como capilla de los Benet. Erigida en 1449 a instancias de micer Mateo Benet. Lo único que se conserva de dicha capilla es el escudo familiar en el arco cegado.
• Capilla de las Santas Catalinas. La santas se encontraban en el centro de un retablo ya desaparecido que estaba dedicado a Santa Catalina Mártir y a Santa Catalina de Siena.
• Capilla de San Luis Bertrán, antes llamada de Sant Vicent Ferrer lo Vell. Jerónimo Jacinto de Espinosa pintó varios lienzos de San Luis Bertrán para esta capilla, el principal lleva por titulo la Muerte de San Luis Bertrán y otros dos con representaciones de milagros del santo. El dedicado a la muerte del santo en la actualidad se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Valencia.
• Capilla de San Onofre, también conocida como de Santa María Magdalena y santa María Egipciaca (a partir de 1584). La capilla fue derribada en 1639; uno de sus propietarios fue Abad Santángel.
• Capilla de San Martín Obispo. Fue su propietario don Pedro Limiñana (siglo XIV) que la entregó a su muerte al gremio de los armeros.

En la panda SUR encontramos siete profundas capillas con dos tramos de bóvedas. Empezando por la más cercana al claustro de la palmera:

• Capilla de la Virgen de la Misericordia. La entrada a la capilla está formado por un arco apuntado en la actualidad cegado. Consta que en 1296 la capilla ya estaba construida. Perteneció en primer lugar a la familia Boxeres, después pasó a los Valeriola, a los Catalá y a los señores de Nules. En esta capilla Alfonso el Magnánimo presidió las Cortes del Reino en 1428. En 1460 el gremio de tejedores de velos (fabricantes de velos y tocas para las damas [los veleros]) tomó como patrona a la Virgen de la Misericordia celebrando en esta capilla sus actos. La capilla fue demolida en parte para construir en 1460 el refectorio y en 1756 se arrasó lo que quedaba para construir el claustro alto. El escudo de la familia Boxeres que se encontraba en una de las claves del interior fue colocado sobre la portada.

• Capilla de San Miguel Arcángel, también llamada del Juicio Final y de las Almas del Purgatorio. Uno de los propietarios de la capilla fue la familia de los marqueses de Boil. En el suelo lápida sepulcral de la familia de los Balaguer. Destaca en esta capilla la clave colgante que cuelga de la bóveda y los escudos de la capilla.

• Capilla de San Cristóbal, que antes recibió el nombre de Santa Bárbara y antes de Santo Tomás de Aquino. En el siglo XVI pasaría a llamarse de San Cristóbal. Uno de los propietarios de la capilla fue la familia Borja, en 1509 renunció a la misma en favor de Ximén Ros. En el suelo lápida sepulcral de la familia Ros.

• Capilla de la Virgen de la Leche, fundada por Juan Sivera. En 1796 pasaría a la familia del Marqués de Sotelo y que como ya hemos dicho antes, aquí predicaba San Vicente Ferrer. La capilla fue visitada por el papa Luna, Benedicto XIII. En esta capilla se podía encontrar un retablo de la Virgen de la Leche, en la actualidad en el Museo de Bellas Artes de Valencia.

El retablo obra de Antoni Peris (ca.1365-ca.1436) está formado por tres calles, y en él sólo se conservan seis tablas. La predela y el guardapolvos han desaparecido. Pintado con la técnica de temple sobre tabla. En el retablo vemos las siguientes escenas: San Bernardo recibiendo la leche de la Virgen, La Adoración de los ángeles, La Huida a Egipto, la Adoración de los Magos y en el centro la tabla de La Virgen de la Leche (María Lactans) amamantando al Niño en presencia de los ángeles; en la parte superior el Calvario.

• Capilla de la Santa Cruz fundada por Nicolás Pujades y cuya heráldica encontramos en la clave de la bóveda de crucería. En su interior se encontraba El retablo de la Santa Cruz, obra de Miquel Alcanyis que en la actualidad se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Valencia. En las ménsulas donde apoyan los nervios vemos escudos de la familia Pujades con restos de policromía. Su fundador Nicolás Pujades falleció en 1409. La capilla fue construida a finales del siglo XIV. El escudo de la familia Pujades se compone de un monte de oro y sobre él una flor de lis.

El retablo de la Santa Cruz está formado por tres calles y se data a principios del siglo XV dentro de la corriente del gótico internacional. Es obra realizada al temple sobre tabla por Miquel Alcanyis (documentado entre 1407 y 1447). En el centro del retablo vemos la Crucifixión con un nutrido grupo de personajes, mientras que en la parte superior la escena que se representa es la del Juicio Final. En ella vemos como los muertos al toque de las trompetas de los ángeles salen de sus tumbas para ser juzgadas.

Las seis tablas laterales representan diversos momentos de la historia de la Santa Cruz, técnicamente llamada Invención de la Santa Cruz o Hallazgo de la Santa Cruz. A la izquierda tres tablas: en la superior una escena en la que Set (tercer hijo de Adán) recoge de la mano de un ángel, un tallo del árbol del paraíso y un poco más abajo en otra escena, Set se inclina sobre su padre Adán que ha fallecido. En la tabla del centro se representa la batalla del Puente Milvio entre Constantino y Majencio y en la tabla inferior el hallazgo de la Santa Cruz en Jerusalén por parte de Santa Helena, más abajo otra escena con la estrategia de Santa Helena para averiguar cual de las tres cruces corresponde a la de Jesús.

En la calle de la derecha otras tres tablas: en la tabla superior la lucha entre el rey persa Corroes y el emperador Heraclio por la posesión de la Santa Cruz que había sido robada por el persa, en la tabla central la muerte de Corroes a manos de Heraclio y en la tabla inferior la devolución de la Santa Cruz a Jerusalén.

Por encima de estos paneles una escena de la Anunciación, a la izquierda una tabla con el ángel San Gabriel y a la derecha una segunda tabla con la Virgen María. En el ático la figura de Jesús con un libro abierto donde figura el alfa y omega. El retablo ostenta en diversos paneles los escudos de la familia Pujades sostenidos pos ángeles tenantes que a su vez flanquean al Salvador en el ático del retablo. La predela del retablo ha desaparecido.

• Capilla de San Jerónimo construida en 1389 por el maestro Francesc Corts a expensas de mosén Ramón Nebot. Después de pasar por varios propietarios la capilla pasó a propiedad de la familia Pertusa, cuya heráldica encontramos en la clave de la bóveda y en las ménsulas del arranque de los nervios.

• Capilla del Nacimiento antes llamada de San Antonio de Padua y después de San Amador. En 1511 siendo propiedad de la familia Barro, cambia la advocación de la capilla pasando de San Antonio de Padua a San Amador. En 1640 es cedida a la familia Boil de la Scala para enterramiento de sus criados. Encontramos heráldica de la familia de los Barro en la clave de la bóveda y escenas de la Anunciación y la adoración de los pastores en los capiteles de las columnillas adosadas. El convento cedió ésta capilla a la familia Boil a cambio de la que estos disponían en la panda este con el fin de construir la Sacristía Mayor.

En la panda ESTE del claustro es donde las tracerías que adornan los arcos góticos están más elaborados y trabajados, en ellos podemos ver, nuevamente como símbolo de poder que tuvo este monasterio, los escudos nobiliarios de familias que favorecieron el lugar, así encontramos escudos de armas de las familias de los Esplugues (flor de lis y torre), los Codinats (dos cabrias), los Castellví (castillo de tres torres) e incluso las armas de la Generalitat Valenciana.

En el extremo de la panda en el lugar donde se cruza con la norte, encontramos un busto del Capitán General Urrutia que descansa sobre una ménsula decorada con un escudo nobiliario. En el muro una lápida con una inscripción nos dice: La Real Academia de Bellas Artes de San Carlos / al Capitán General Excmo. Sr. D. Gustavo Urrutia González / cuya generosa iniciativa durante su mando 1950-1953 / devolvió su primitiva dignidad a estos claustros / MCMLXIII.

El busto fue inaugurado el 14 de diciembre de 1963 con la asistencia de Javier Goerlich Lleó, por entonces Presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, promotora del homenaje.

Entre las capillas y salas que encontramos en esta panda están:

• Capilla de San Vicente Ferrer y San Jaime Apóstol Construida a finales del siglo XIV a expensas de Jaime Jofré. La capilla ha sido muy modificada y mutilada debido a las sucesivas reformas que en el claustro han acontecido. Según cuenta la tradición en esta capilla se veneraba un lienzo de San Vicente Ferrer que pasaba por ser la imagen real del santo.

• Capilla de la Virgen de la Escala antes conocida como Capilla de Nuestra Señora de Monte Sión. Construida a principios del siglo XIV por la familia Zapata.

• Capilla de San Pedro y San Pablo. Fundada por el pavorde don Pedro de Esplugues. Los sepulcros que contenían desaparecieron en la exclaustración. De esta capilla cabe destacar que adopta la forma de una pequeña iglesia, ya que dispone de un pequeño ábside pentagonal en donde se abre una estilizada ventana gótica. También dispone de una pequeña puerta que da salida al exterior.

• Sala Capitular

• Sacristía Mayor Construida entre 1640 y 1641 por el maestro albañil Jaime Tárrega sobre las antiguas capillas de las Almas o de la Resurrección y la de Todos los Santos. La capilla de las Almas fue propiedad de micer Bernardo Juan Coscollá y la de todos los Santos era propiedad de la familia Boil donde eran enterrados sus criados. A raíz de la enajenación de esta capilla para construir la sacristía les fue cedida a cambio la capilla del Nacimiento. En la actualidad esta Sala se ha habilitado como pequeño museo de galería de Capitanes Generales. Anteriormente había sido utilizado como comedor de la tropa.

La panda NORTE hacía pared con la desaparecida iglesia del convento, templo que sería arruinado durante la guerra de la independencia y posteriormente con la exclaustración de 1835, para finalmente ser demolida en su totalidad en 1865, a excepción del ultimo tramo de los pies que quedaría unida a la Capilla de San Vicente.

Esta ala del claustro no tenía por tanto capillas, pero si diversos altares y retablos adosados al muro hoy ya desaparecidos. Se considera que esta ala es la más antigua del claustro ya que servía de contrafuerte a los muros de la iglesia conventual. Se fecha a finales del siglo XIII.

Celda de San Vicente Ferrer Sin lugar a dudas una de las salas a comentar es la conocida como Celda de San Vicente Ferrer. Recibe su nombre porque según la tradición en este lugar se encontraba la celda donde habitaba el santo dominico durante su permanencia en el convento. Tiene su entrada a través de una sala situada junto al refectorio y que recibe el nombre de «sala de profundis». Actualmente la sala no reviste interés artístico pues es una reconstrucción ideal de una capilla sobre el lugar donde se encontraba la estancia del santo.

Según la tradición en este lugar se encontraba la celda donde habitó el santo entre 1378 y 1396. En 1453 la celda fue convertida en capilla y el 20 de agosto de 1553 se creó la Cofradía de la Celda de San Vicente Ferrer entre cuyos objetivos era la de encargarse del cuidado de la capilla. La capilla sufrió los avatares del tiempo y dos hechos luctuosos que pusieron punto y final a su historia, en primer lugar la Guerra de la Independencia durante cuyo periodo los franceses la saquearon y la usaron como caballeriza. Terminada la guerra es reconstruida por la Cofradía y consagrada el 11 de abril de 1817. Durante la Desamortización de Mendizábal de 1835 fue utilizada como almacén de artículos varios y más tarde como almacén de artículos militares. La Cofradía pasa a situarse en la Casa Natalicia del Santo y la misma queda abandonada. En 1848 la capilla es reabierta al culto pero nuevamente durante la Revolución de 1868 (La Gloriosa) vuelve a ser cerrada. Nuevas aperturas y cierres tienen lugar en función de los acontecimientos políticos, la más reciente la que tuvo lugar durante la Guerra Civil de 1936 en que la misma es totalmente destruida. En 1943 la capilla es rehabilitada en su actual fisonomía y como tal permanece hasta el día de hoy.

Hoy día es una pequeña capilla sin culto cuyas paredes están chapadas de azulejos hasta mitad altura mientras una pequeña imagen del santo preside la estancia. Los azulejos de 22 x 22 cm. combinan figuraciones florales y vegetales con figuras antropomorfas de ángeles que van haciendo sonar instrumentos musicales o exhiben cartelas con diversas inscripciones. Las paredes laterales tienen 144 azulejos mientras que las frontales disponen de 90 azulejos. Los paneles como es de figurar no son originales de la celda y proceden del refectorio, la sacristía y de la antigua capilla de San Jaime. El aspecto actual de la celda por tanto no tiene nada que ver con la celda que ocupara San Vicente Ferrer.

Sala Capitular Pero lo mas notable de este claustro gótico es su famosa Sala Capitular, construida en estilo gótico entre 1310 y 1320, costeada por el caballero don Pedro Boil. En ella se reunía la antigua comunidad religiosa para la toma de decisiones o actos de especial relevancia como la toma de hábitos.

¡El salón de las palmeras! Así se ha llamado desde antiguo a esta gallarda muestra de la elegante arquitectura gótica valenciana. Cuatro columnas altísimas y delgadas, como verdaderos mástiles de palmeras, suben atrevidas hasta la bóveda y dibujan las aristas con el manojo de sus abiertas palmas. A esta sala se accede por una portada apuntada flanqueada por dos ventanales también apuntados de similar estructura, con el mismo adorno en sus arcadas y un redondo y calado rosetón que se abre en lo alto del muro.


Es de planta cuadrada, de 12 metros de lado, realizada en sillería. Posee cuatro delgadas columnas centrales fasciculares exentas y cuatro adosadas al muro que sustentan la bóveda de crucería, formada por nueve paños cuatripartitos con plementería de ladrillo. De cada columna central arrancan ocho nervios a modo de hojas de palmera, como ya hemos dicho. Las claves se adornan con el emblema de la orden dominica: la cruz flordeliseada.

La estancia se ilumina por tres alargados ventanales góticos en el testero de la sala y por dos ventanales también góticos que flanquean la portada de entrada a la sala. Los ventanales no disponen de columna central (mainel) siendo sustituida esta por un pinjante decorativo. Esta disposición permite un mayor entrada de luz desde el interior del claustro.

En las paredes encontramos diversos blasones de la Corona de Aragón, de don Pedro de Boil (torre y buey) y de su esposa Altadona della Scala (escalera de peldaños), así hasta un total de quince blasones.

Es obra de un arquitecto desconocido contratado por Pedro Boil de Aragón (primer señor de Manises, Mestre Racional de Valencia, mayordomo del rey Jaime II de Aragón, tesorero y embajador ante la Santa Sede), quien costeó el Aula Capitular a sus expensas. Don Pedro Boil dispuso en su testamento, de 5 de marzo de 1321, que fuese enterrado en esta sala, ordenando, entre otras cosas, que se comprase un paño de oro, y después de cubrir su cuerpo, cuando lo llevasen a enterrar, sirviese de ornamento al altar de la propia sala capitular. Don Pedro Boil de Aragón fallecería en 1323.

Rodea todo el conjunto una bancada en piedra formado por dos alturas o escalones donde se sentaban los monjes en el capítulo. En esta sala llegaron a tomar los hábitos San Vicente Ferrer y San Luis Bertrán; se realizaron los capítulos generales de la orden en los años 1370, 1596 y 1647 y se llegaron a celebrar Cortes Generales del Reino en 1349 con Pedro el Ceremonioso, en 1418 con Alfonso el Magnánimo, en 1528 con Carlos I de Austria y en 1645 con Felipe III de Austria. La bancada fue reconstruida entre 1950 y 1953 por el Capitán General Gustavo Urrutia.

En el doble sepulcro de alabastro que encontramos adosado al muro de esta sala, reposan sin embargo, los restos de Ramón de Boil Dies (II señor de Bétera) y de Ramón de Boil Montagut (III señor de Bétera), virrey de Nápoles e hijo del anterior. Ramón Boil Dies es conocido porque tiene una calle dedicada en Valencia llamada Gobernador Viejo, fue asesinado el 06-01-1407 por Joan de Pertusa y es el que figura en la parte de abajo del sepulcro, mientras que su hijo Ramón Boil Montagut, fallecido en 1458, reposa en la parte superior. El sepulcro de mediados del siglo XV fue esculpido a expensas de Berenguer Vives Boil, señor de Bétera, y mide 4,18 metros x 1,65 metros.

Ramón Boil Dies fue gobernador de Valencia entre 1393 y 1407 y como ya hemos indicado se le conoce popularmente como Gobernador Viejo. Tenía su casa en la calle ahora dedicada y fue asesinado en la actual plaza de San Vicente Ferrer (conocida como de los Patos). Joan de Pertusa enemigo declarado del gobernador fue ejecutado por orden del rey Martín el Húmano acusado del asesinato. Unas versiones dicen que el motivo fue un asunto de faldas, y otros argumentan que el asesinato hay que encuadrarlo en el ambiente de guerras internas entre las diversas familias de la ciudad.

Al sepulcro de los Boil, se le llama en tono irónico el del Juicio de Salomón porque cuando en 1865 se decidió quitarlo de su emplazamiento, hubieron discusiones entre el Museo Arqueológico Nacional y el Museo de Bellas Artes de Valencia, llegándose a la solución de dividirlo en dos y dar la mitad a cada uno de ellos. En 1952 gracias al Capitán General Urrutia el sepulcro fue vuelto a unir de manera permanente y colocado en la Sala Capitular. El mismo sería restaurado por Carmelo Pastor.


El sepulcro, propiamente dicho, consta de urna cineraria, estatua inferior, friso inferior, estatua superior y friso superior; todo enmarcado por dos columnas cuadradas, prolongadas en aguja, que sostienen una archivolta exornada con hojas y semicírculos trilobulados. Las columnas tienen cuatro espacios. el inferior, con un escudo; encima un guerrero con gramalla, capucha y espada; en el siguiente, un monje y, finalmente, una dama. Todas las figuras, menos el escudo, las cubre una especie de dosel, y todas ellas aparecen apoyadas y están esculpidas a todo relieve.

La urna cineraria la vemos decorada con combinaciones de arcos y escudos de los Boil, así como dos torres y dos bueyes.

Las dos estatuas yacentes corresponden: la de arriba caballero viejo, a don Ramón Boil III, señor de Bétera y virrey de Nápoles en el reinado de Alfonso V el Magnánimo; la inferior caballero joven corresponde a la del padre del anterior, don Ramón Boil II, señor de Bétera, llamado «Gobernador Viejo», y destacado personaje de su época cuyo recuerdo todavía se evoca en una de las calles de la ciudad.

Los frisos historiados representan: el inferior, diecisiete figuras humanas en las que se hacen patentes las actitudes y gestos de dolor, que la maestría del artífice ha sabido reflejar con singular arte; el superior, en el que igualmente se representa una ceremonia fúnebre de carácter religioso, destaca la presencia de un prelado que está bendiciendo los restos mortales, y de nuevo vemos afirmarse en el tallado admirable de las figuras, en la expresión de los rostros, en el plegado de los paños y en la gracia de los ademanes, el buen hacer artístico de su desconocido autor.

Texto: Manuel Sánchez Navarrete

En el suelo tres laudas sepulcrales:

En el centro los señores de Manises (correspondiente a la línea primogénita de los Boil); a la izquierda, los señores de Bétera con una inscripción en latín que dice: «A la memoria de la noble estirpe valenciana de los señores de Bétera»; y a la derecha, los señores del castillo de Boil con una inscripción que dice: «A la memoria de Pere Boil IV señor del castillo de Boil, capitán general defensor de Valencia, caballer senspahor».

Capilla Real o Capilla de los Reyes (Capella del Rei Alfons el Magnànim) A la Capilla Real se entra por una puerta formada por un doble arco moldurado existente en su bello y pequeño patio claustral que hay a la entrada de la iglesia. La capilla obra del segundo tercio del siglo XV, es una de las joyas del tardogótico valenciano. Antoni Ponz (siglo XVIII) que era el que mas sabia de arte en su época dijo: «Es toda de piedra picada, y aunque gótica, es la cosa mas grandiosa y bien construida de todo este recinto».

Fue mandada construir por el rey Alfonso V el Magnánimo (* Medina del Campo 1396 † Nápoles 27-06-1458), siendo colocada la primera piedra el 18 de junio de 1439 y terminada por su sucesor y hermano Juan II (* Medina del Campo 1398 † Barcelona 20-01-1479) el 24 de junio de 1463, su autor sin genero de duda fue Francesc Baldomar, autor también de las obras de las Torres de Quart. Con Baldomar trabajarían como picapedreros Pere Compte y Miquel Navarro. En su origen esta capilla se puso bajo el patrocinio de San Ildefonso por indicación directa del propio rey. La primera misa oficiada en la capilla fue realizada por el obispo Rodrigo de Borja, futuro papa Alejandro VI.

Desde el interior de la capilla de San Vicente se puede acceder a la Capilla Real a través de una bella portada ojival de tres arcos que se eleva sobre dos escalones y que se cierra mediante una verja de hierro forjado, obra de Aloy Ponç y François Giner.

Se trata de una estancia de planta rectangular de 11 x 22 metros construida sobre el lugar que ocupara la antigua iglesia del siglo XIII. La capilla carece de contrafuertes y pilastras ya que los muros de la estancia son de 2,50 metros de espesor y el peso de la bóveda carente de nervios recae directamente sobre los mismos muros. La techumbre de piedra, está formada por bóvedas aristadas y la forman tres tramos, uno de ellos formado por la cabecera en cuya parte trasera se sitúa la sacristía, a la que se penetra por unapuerta de arco de medio punto moldurada dispuesta en esviaje respecto al muro.

A la izquierda del Retablo Mayor en el muro lateral podemos ver un pequeño vano abierto en el muro y que es el ventanuco por donde el maestro Baldomar podía observar el desarrollo de las obras.

La sacristía situada detrás del Altar Mayor tiene su entrada a través de una puerta en esviaje situada a la derecha. La estancia se cubre con bóveda de aristas de cantería. Es una sala de planta rectangular irregular. Dos ventanas hoy clausuradas comunicaban esta habitación con la Capilla Real. En esta sala se encuentra una curiosa doble escalera de caracol que asciende una de ellas a una estancia superior y la otra a la terraza y a la torre campanario. En la estancia superior se abrió en el siglo XVIII un balcón al exterior. El hueco que forma la escalera es fácilmente visible desde el exterior de la calle, pues se trata de una pequeña torre octogonal cubierta por un remate piramidal de ocho lados.

En el muro de la epístola un vano con arco conopial abierto en la pared, da acceso a través de una pequeña escalera intramural al púlpito también en piedra que sobresale del muro.

Dos pequeñas estancias a modo de capillas en cada uno de los muros de las paredes laterales, guardan piezas de orfebrería y liturgia a modo de minúsculo museo. Estas dos pequeñas estancias se protegen mediante cristal. Parece ser que estas estancias en realidad son las capillas que debían recibir los restos mortales del rey de Aragón y su esposa, pues en el fondo la Capilla Real es una capilla funeraria. Refuerza el hecho, que el lugar esté construido en piedra de color oscuro de Morvedre (actual Sagunto) lo que acentúa su condición luctuosa.

Efectivamente la capilla fue construida con la intención de ser el lugar de enterramiento de los reyes de Aragón Alfonso V el Magnánimo y de su esposa María de Castilla, pero por cuestiones que no vienen al caso el rey prefirió ser enterrado en Nápoles y su esposa María de Castilla en el cercano Monasterio de la Trinidad. El caso es que ambos no se podían ni ver, el rey permaneció largos años en Nápoles donde a la postre moriría y mientras tanto los asuntos de Aragón eran llevados por la reina María. Posteriormente los restos de Alfonso el Magnánimo fueron traídos al Monasterio de Poblet. Los huecos se abren a la Capilla a través de arcos escarzanos. Su interior se cubre con una pequeña bovedilla en cuya clave central podemos ver un escudo en cairó con las armas de Aragón (arcosolio lado del evangelio) y en el arcosolio del lado de la epístola el escudo en cairó con las armas de Aragón y Castilla.

La sala se ilumina por seis ventanas ojivales abocinadas, tres en cada uno de sus muros laterales y un rosetón en el muro de unión entre la Capilla de San Vicente y la Capilla de los Reyes.

Al fondo de la capilla un retablo en madera dorada formado por banco, dos cuerpos horizontales, tres verticales, ático y guardapolvos. Realizado por José Esteban entre 1581 y 1588 en estilo renacentista. En el primer cuerpo en la calle central, una imagen en piedra policromada de la Virgen de la Esperanza y dos pequeñas figuras arrodilladas que representan a los reyes Alfonso V el Magnánimo y Juan II (monarcas que dan nombre a la capilla y que promovieron su construcción). La Virgen (embarazada) figura sentada en actitud orante, lleva un sol pintado en su vientre (alusivo a Jesús) y en su regazo tiene un libro abierto. Rodean la figura de la Virgen varios ángeles y a los pies los reyes antes citados.

En el segundo cuerpo un altorrelieve representando La caída de San Pablo camino de Damasco y en el ático Cristo crucificado a quien acompaña San Juan y la Virgen María. En la parte de arriba dominando todo el conjunto El Padre Eterno.

Las pinturas de las calles laterales representan a Santo Domingo de Guzmán y a San Vicente Ferrer en el segundo cuerpo y a San Pedro y San Pablo en el primero. Son obra del flamenco Isaac Hermes Vermey (1540-1596).

El retablo fue mandado hacer por Mencía de Mendoza y vino a sustituir al original contemporáneo a la construcción de la capilla y que tenía como personajes principales a San Ildefonso, San Juan y la Virgen de la Esperanza, todos ellos representados en lienzos. Con el nuevo retablo se respeto la misma iconografía de la Virgen de la Esperanza pero esta vez realizada en piedra y presidiendo el centro del retablo.

Flanqueando el Retablo Mayor y continuando parcialmente por los muros laterales encontramos una sillería de madera con decoración renacentista-plateresca. Las trazas de estos paneles se atribuyen a Onofre Falcó hacia 1536 mientras que los trabajos de carpintería son de Joan Gregori y su hijo Gaspar.

Pero sin lugar a dudas lo que más destaca de esta Capilla es el sepulcro en mármol que ocupa el centro, es magnífico, sin comparación posible con ninguna otra capilla de los templos valencianos, donde los monumentos funerarios son harto escasos.

En 1535 la capilla fue entregada por el emperador Carlos I de España (1517-1556) a doña Mencía de Mendoza, marquesa de Zenete para panteón familiar. Mencía de Mendoza nacida en Jadraque en 1508 casó en primeras nupcias con Hendrick (Enrique) III conde de Nassau y en segundas nupcias con Fernando de Nápoles duque de Calabria (viudo de Germana de Foix). Mencía falleció en Valencia en 1554 probablemente por causas derivadas de su hiperobesidad.

Los ocupantes del gran sepulcro, cuyas figuras aparecen esculpidas sobre él, son de Rodrigo Hurtado de Mendoza y de Vivar, al que tantos disgustos le dieron «els agermanats», y su segunda esposa Doña María Fonseca de Toledo, Marqueses de Zenete, la obra se labró en el año 1554, como consta en una inscripción. La hija de los interesados, Doña Mencía, esposa del duque de Calabria y una de las mujeres más gordas que han paseado en todo tiempo su humanidad por nuestra tierra, es quien costeó la marmórea tumba; ella, modestamente yace a los pies de la mismas y se conformó con una simple lápida de alabastro.

Sobre la lápida una inscripción nos dice: A la princesa doña Maria Mendoza Zenete, hija de don Rodrigo Mendoza y doña María Fonseca su mujer, marqueses de Zenete; esposa de don Fernando de Aragón duque de Calabria, excelentísima y singular matrona enaltecida con las brillantes dotes del espíritu, ingenio, virtud, fortuna y nobleza, que vivió 45 años, 1 mes y 5 días y murió en 4 de enero de 1554. Don Luis de Requesens, comendador mayor de Castilla, de la Orden de Santiago, su heredero, para que quedase un perpetuo monumento de su cordial gratitud e imperecedera memoria de los ilustres antepasados de la difunta, de su propio peculio hizo costear estos sepulcros y estatuas de mármol de Paros» .

El sepulcro descansa sobre una alta base decorada por cuatro ángeles. Sobre la base, el doble sepulcro con las estatuas yacentes de ambos personajes. El, don Rodrigo Hurtado de Mendoza y de Vivar, ella doña María Fonseca de Toledo (marqueses de Zenete desde 1492). El viste armadura y espada; el yelmo a los pies destaca sobre el conjunto, la dama tiene un libro de oraciones sobre el pecho, a sus pies un perro; símbolo de fidelidad. Las cabezas descansan sobre almohadones. En los laterales unas calaveras nos hablan de la muerte. Los atributos militares del sepulcro nos hablan de él, era un guerrero.

El sepulcro realizado en mármol blanco de Paros fue realizado en Génova hacia 1563 según traza de Giovanni Battista Castello «El Bergamasco», y por los escultores Giovanni Carlone y Giovanni Orsolino.

La inscripción de este gran sarcófago dice: A don Rodrigo de Mendoza, marqués de Zenete, padre de doña Mencía de Zenete, varón esclarecido. Murió en 22 de noviembre de 1523. A doña María Fonseca de Toledo, marquesa de Zenete, madre de doña Mencía de Mendoza, esclarecida dama. Murió en 16 de agosto de 1521. Los restos fueron inhumados en el sepulcro en 1563 por disposición testamentaria de su hija y ejecutado por uno de sus descendientes Luis de Requesens.

Bajo el sepulcro en una cripta subterránea yacen distintos personajes importantes, entre ellos el pintor Joan de Joanes traídos hasta aquí en 1850 desde la Iglesia del Carmen de Valencia. Hubo una época que se quiso convertir esta capilla en panteón de valencianos ilustres, pero hasta ahora el único ilustre es el pintor antes citado. Otros personajes enterrados en esta cripta son los dominicos: fray Domingo Anadón, fray Juan Micó, fray Marcelo Meléndez y fray Juan Bautista Espejo.

En otra época hubo en esta capilla dos tablas del taller de El Bosco, una de ellas el Tríptico de los Improperios, pero ahora quien quiera verla ha de ir al Museo de Bellas Artes San Pío V. Conviene destacar la ausencia total en esta capilla de cualquier clase de decoración, lienzo o adorno que no sea la piedra desnuda y oscura como correspondería a una capilla funeraria.

El Tríptico de los Improperios era propiedad de doña Mencía de Mendoza; a su muerte la tabla pasó al Convento de Santo Domingo y con la desamortización de Mendizábal de 1835 al Museo de Bellas Artes de Valencia. La tabla realizada hacia 1510-1515, es un óleo sobre tabla, formada por tres escenas: la Coronación de espinas, el Prendimiento y la Flagelación. La obra se atribuye al Taller de El Bosco (Jheronimus Bosch). Las tres tablas del tríptico fueron divididas y la central (la más grande) fue insertada en una de los nichos laterales de esta Capilla de los Reyes. Por suerte al pasar al Museo de Bellas Artes San Pío V las tres piezas fueron vueltas a unir.

Refectorio o Salón del Trono Situado en el ala sur del claustro gótico, fue construido entre 1560 y 1567 en estilo renacentista, siendo prior fray Pedro de Salamanca. Hoy esta estancia es conocida como Salón del Trono, ya que en 1966 fue habilitada como Salón de Trono de Capitanía por el entonces Capitán General de Valencia, don Santiago Mateo Marcos (1962-1967).

Esta sala se utiliza para actos protocolarios como es: entrega de medallas, nombramientos, ascensos y todos aquellos actos castrenses que precisan de un cierto nivel. También se celebran actos protocolarios de entidades civiles previa autorización.

Se trata de una estancia rectangular de 32 x 10 metros, cubierta con bóveda de crucería de arcos rebajados. En las claves de esta bóveda todavía podemos encontrar imágenes de personajes dominicos como San Vicente Ferrer y en la clave central, la Virgen del Rosario. La sala está construida en piedra de granito. Las paredes fueron chapadas hasta media altura con azulejos en el siglo XVIII, aunque gran parte de ellos han desaparecido y los que no, se han colocado en la celda de San Vicente Ferrer. La plementeria de la bóveda es de ladrillo y el espacio se ilumina por una serie de ventanas situadas en el muro sur. En la cabecera de la sala podemos encontrar además un óculo que ayuda a la iluminación lateral de las ventanas. En el testero de la sala encontramos una vidriera realizada en el siglo XVI con el escudo imperial de España de la época.

La Iglesia de Santo Domingo, Capilla de San Vicente o Parroquia Castrense Aunque normalmente la iglesia recibe el nombre de Santo Domingo y como tal es conocida por los naturales, en realidad su nombre correcto debería ser y es, Capilla de San Vicente, entre otras cosas porque a tal Santo esta dedicada la advocación de la parroquia y porque eso era en realidad; una capilla, resto de lo que fue la gran iglesia conventual que fue destruida por avatares bélicos y desamortizadores en el siglo XIX como hemos comentado.

La primitiva iglesia que databa de la fundación del convento pronto quedó pequeña, por lo que entre 1250 y 1256 se construiría con autorización del obispo de Valencia fray Andrés Albalat un nuevo templo en estilo gótico. Esta primitiva iglesia se situaría aproximadamente en el lugar donde hoy se encuentra la Capilla Real. Al construirse la segunda iglesia junto a la primera, esta quedaría como portería del convento. Será en 1382 cuando por amenaza de ruina del segundo templo, se construya una tercera iglesia de nave única de ocho tramos, capillas entre los contrafuertes, cabecera poligonal, y unida al lado norte del claustro.

En 1460 se construye a los pies del templo por su lado de la epístola, una capilla que sería puesta bajo la titularidad de San Vicente Ferrer. Frente a ella también a los pies de la iglesia pero por su lado del evangelio se construiría a finales del siglo XV, otra capilla bajo el patronazgo de Nuestra Señora del Rosario. Como podemos imaginar este conjunto eclesial debía ser enorme y deja constancia de la importancia que llego a adquirir el convento.

Como ya hemos comentado en diversas ocasiones la iglesia conventual fue demolida en 1865, y de ella sólo quedó a salvo el último tramo de los pies que unía las dos capillas transversales, una de ellas la Capilla de San Vicente. Esta capilla es la que ahora podemos ver y visitar. La Capilla de San Vicente se levantó sobre el lugar que ocupaba el antiguo refectorio y las capillas occidentales del claustro mayor, que obviamente tuvieron que trasladarse a otro lugar. Concretamente el nuevo refectorio se construiría en la panda sur del claustro sobre 1560.

En 1460 para conmemorar la canonización de San Vicente Ferrer el 29-6-1455, se decide la construcción de la capilla dedicada al santo valenciano. Estaba formada por tres tramos rectangulares, cubierta con bóveda de crucería de estilo gótico y era obra de Francesc Baldomar y Nicolau Bonet. Se terminó sobre 1472.

La capilla gótica del siglo XV tuvo que ser renovada entre 1692 y 1694 por Francisco Padilla por defectos estructurales. Padilla renovó el interior con una decoración a base de estucos de estilo barroco como todavía puede verse en el tramo conservado de la Capilla a los pies. Finalmente hacia 1772 tuvo que ser demolida y sobre ella se construyó una nueva capilla aún más amplia que la anterior. Así entre 1772 y 1781 se construiría otra en estilo academicista sobre planos del escultor José Puchol Rubio (Valencia 1743-1797). La dirección de las obras fueron llevadas por el mismo Puchol Rubio aunque tuvo problemas con la Academia pues no tenía el titulo de arquitecto y las obras tuvieron que ir firmadas por Antonio Gilabert. La parte escultórica corrió de cuenta de José Puchol hijo mientras que la pictórica le fue encargada a José Vergara Gimeno. El 17 de noviembre de 1772 se puso la primera piedra y se bendijo el 22 de abril de 1781.

La actual capilla de San Vicente, es de estilo neoclásico, tiene una sola nave de seis tramos con crucero, cúpula con tambor sobre pechinas y linterna. Las bóvedas son de medio punto con lunetos pintados al fresco y el cimborrio es cilíndrico. Tiene presbiterio de planta oval. Se decora la iglesia con columnas corintias, pilastras y zócalos todos ellos de mármol de distintos colores procedentes de diversos puntos del Reino de Valencia.

A los pies de la iglesia se encuentra el órgano de la iglesia. Este se corresponde como ya hemos comentado con el tramo de unión entre la desaparecida iglesia monacal y la capilla de San Vicente, actual iglesia. Este tramo se cubre con bóveda de crucería decorada al estilo rococó.

En el Altar Mayor encontramos un retablo de inspiración barroca. Este se alza sobre un banco cuyo frontal se decora con tres medallones en bajorrelieve de alabastro con atributos alusivos a las virtudes cardinales (Prudencia, Justicia, Templanza y Fortaleza). El medallón del centro alude a la Prudencia y a la Justicia, el medallón de la izquierda hace alusión a la Fortaleza y por último el medallón de la derecha hace alusión a la Templanza. Flanqueando el retablo dos esculturas de bulto redondo de la Castidad (lado del evangelio) y la Religión (lado de la epístola) realizadas por Jose Puchol. Sobre el banco se alza el cuerpo principal del retablo formado por una hornacina central flanqueada por cuatro columnas en dos planos de profundidad con capiteles corintios dorados. En la hornacina se alza un talla policromada y dorada de San Vicente Ferrer con dos de sus atributos: un libro entreabierto y una azucena. Su dedo índice derecho se alza hacia el cielo y lleva sobre su cabeza el nimbo y una filacteria con la inscripción que le representa «Timete Deum et date illi honorem quia venit hora iudicii eius». Esta imagen pertenece casi con toda seguridad al retablo de la anterior capilla de finales del siglo XVII. Este conjunto sostiene un entablamento que a su vez alza un frontón curvo partido en cuyos extremos dos esculturas en mármol representan La Fe que porta una cruz y La Esperanza que lleva un ancla. En el espacio central del frontón se alza un cuerpo donde está representado en altorrelieve la Aparición de Jesucristo a San Vicente Ferrer que le cura de una enfermedad en presencia de Santo Domingo de Guzmán y San Francisco de Asís, hecho ocurrido en Aviñón cuando se encontraba al servicio del antipapa Benedicto XIII. Sobre este cuerpo central un frontón triangular con dos ángeles que portan la mitra episcopal y el cápelo cardenalicio honores a los que renunció el santo. Toda la obra escultórica que podemos encontrar en el Retablo Mayor es obra de José Puchol realizada en mármol.

A ambos lados del presbiterio encontramos dos puertas, la del evangelio permanece sellada y la de la epístola a la sacristía de la iglesia. Se decoran con dos altorrelieves circulares sostenidos por ángeles tenantes con los bustos de los padres de San Vicente, el notario Guillem Ferrer (puerta del evangelio) y su esposa Constanza Miquel (puerta de la epístola). Sobre los extremos del frontón curvo dos angelitos. Los medallones de los padres de San Vicente aparecen con una inscripción identificativa en el dintel de la portada.

El cielo del presbiterio se cubre con una bóveda de cuarto de esfera y se halla pintada por pinturas al fresco de José Vergara Gimeno, representa la Apoteosis Celestial de San Vicente Ferrer. En la imagen central San Vicente Ferrer y Santo Domingo de Guzmán ascendiendo entre nubes ante la Santísima Trinidad. Cristo lleva en su mano derecha la cruz de pasión y con la otra mano sostiene la corona de gloria que tiene preparada para el santo. Acompañan al santo en su ascenso celestial, grupos de ángeles mancebos, serafines y niños que cantan las glorias celestiales, dos ángeles (cercanos a la Trinidad) sostienen uno de ellos un incensario (la Oración), el otro lleva una llama en su mano izquierda (la Devoción). Junto a San Vicente un ángel mancebo lleva un medallón con el texto «Timete Deum», es su ángel de la Guarda; un poco más alejado otro ángel lleva un cetro del que pende una piedra y que es considerado una alegoría de las Dominaciones. Completa el conjunto angélico, todo un grupo de ángeles de distintas jerarquías con los distintos atributos que les representan. Entre estos: un ángel lleva un cetro rematado por un ojo (atributo al coro de las Virtudes), otro ángel lleva un triángulo dorado (el tetragrammaton) propio del coro de los Tronos, un ángel con yelmo sujeta a un dragón (representación del coro de las potestades), junto a él un ángel sujeta un pájaro que echa a volar (representación del coro de los querubines).

A la izquierda de San Vicente y Santo Domingo, vemos a una multitud de personajes, presidida por una mujer sentada en un trono con los atributos papales: es la Iglesia; sobre ella, una figura de mujer con el sol en una de sus manos (La Verdad). A continuación de la iglesia una larga cola con los personajes que la componen: un rey que besa su mano, dos obispos, nobles, caballeros, mujeres, una de ellas con un niño pequeño, dos apóstoles y el final dos sacerdotes de la antigua Ley con un incensario. Bajo la figura de la Iglesia dos personajes semidesnudos que portan serpientes en sus manos mientras son aplastados por el tropel eclesial, son las herejías derrotadas por la iglesia.

En el otro lado vemos más personajes relativos a la vida de la Iglesia. Preside la escena la figura de una mujer con los ojos vendados sobre un trono de nubes que porta un cáliz con la Hostia, es la Fe Cristiana. A un nivel inferior varias mujeres representan distintas virtudes: la Caridad (amamanta a un niño mientras acoge a otro), la Castidad (lleva unos azotes en sus manos), la meditación sobre la muerte (porta una calavera), la Obediencia, y la Religión Monástica.

En otro nivel inferior una serie de personajes alegóricos fácilmente reconocibles: el Llanto (mujer llorando), la ciudad de Valencia representada por una mujer que porta el escudo de la ciudad, la Monarquía Española, en forma de mujer con corona y manto de armiño que lleva las armas de Castilla y León en un escudo, la Orden dominica con el escudo de ésta religión, y los continentes Asia (con una tocado de flores en su cabeza) y acompañado de dos chinos, y de espaldas al espectador, África con un tocado en forma de elefante, y America que lleva un tocado de plumas en la cabeza. También están representados los siete pecados capitales representados por sus animales simbólicos (soberbia el pavo real, la avaricia el lobo, la envidia el perro, la cabra la lujuria, el oso la ira, el avestruz la gula y la tortuga la pereza).

El crucero que precede al presbiterio se cubre con cúpula semicircular con tambor y linterna. Bajo ella dos cuadros de Vicente Salvador Gómez (1637-1680), El Milagro del anuncio de las naves cargadas de trigo a Barcelona del año 1665 (lado de la epístola) y El compromiso de Caspe (lado del evangelio) de 1664. Podemos observar en el lienzo de las naves cargadas de trigo el autorretrato del pintor en la figura del escribano que toma apuntes. El resto de los personajes también son retratos reales de personajes de la época, principalmente monjes dominicos del convento o personajes cercanos a ellos. Estos dos grandes lienzos proceden de la antigua Capilla de San Vicente que fue demolida. Junto a estos dos lienzos existían dos más actualmente en paradero desconocido que representaban «la Aparición de Francisca Ferrer mientras celebraba misa su hermano San Vicente» y «la duquesa de Bretaña lavando los pies al santo ya difunto». Estas dos obras también de Vicente Salvador ya que los cuatro lienzos formaban un sólo conjunto.

Las pinturas al fresco de la cúpula y de las pechinas en que se apoya, forman un complejo, complicado y estimable conjunto pictórico obra de José Vergara Gimeno. En cada una de las pechinas figuran talladas dos esculturas de estuco obras de Francisco Alberola y sobre ellas en un óvalo un fresco alusivo a la vida de San Vicente, guardando entre ellas, pinturas y estuco relación simbólica. Este programa iconológico debió ser realizado por alguna persona culta, tal vez un monje del propio monasterio, conocedora de la simbología del programa iconológico de la Iglesia de los Santos Juanes que siguen una estructura similar y del tratado escrito en 1593 por Cesare Ripa (1555-1622) con una relación alfabética de emblemas, símbolos y alegorías de la iglesia católica. Tratado que lleva por titulo «Iconología».

Las esculturas de estuco representan a las doce tribus de Israel. Cada una de ellas lleva una cartela con su nombre y están representados con sus atributos particulares. Además cada uno de ellos representa una virtud que les caracteriza también escrito en una cartela. Entre ellos aparece una cita bíblica que guarda relación con el óvalo de la parte superior pintado por Vergara.

• 1ª pechina
Rubén (con un cetro y una liebre) y Leví (con las manos juntas elevadas al cielo)
Rubén representa la virtud del «Temor de Dios» y Leví la virtud de «La Esperanza»
Entre ellos una cartela dice «Spes mea tu in die aflictionis» (Tu eres mi esperanza en el día de la aflicción)
En el óvalo superior «Aparición de la Virgen y el Niño a San Vicente Ferrer que hace huir al demonio»

• 2ª pechina
Dan (con un pergamino enrollado en la mano derecha) y Benjamín (con un perro a sus pies)
Dan representa la virtud del «Silencio» y Benjamin la virtud de «la Contemplación»
Entre ellos una cartela dice «No desinis subvertere vias domini rectas» (No acabarás de torcer los rectos caminos del Señor)
En el óvalo superior «Aparición de la virgen y el Niño a San Vicente Ferrer ahuyentando a Satanás disfrazado de ermitaño»

• 3ª pechina
Judá (con un corazón inflamado en su mano derecha) e Isacar (con una guirnalda de flores en la mano derecha)
Judá representa la virtud de la «Caridad» e Isacar la virtud de la «Alegría»
Entre ellos una cartela dice: «Dedit integram sanitatem istem» (Dio entera salud a ese)
En el óvalo superior «San Vicente Ferrer sanando a un cojo ante una imagen de la Virgen»

• 4ª pechina
Simeón (con traje de guerrero) y Gad (con traje de guerrero y llevándose el dedo índice de la mano derecha a la boca mientras con la izquierda sostiene un pez)
Simeón representa la virtud de «La Compunción» y Gad la virtud de «La Abstinencia»
Entre ellos una cartela dice: «Quasi pater in filio complacet subi» (Como padre al hijo que agrada a sí)
En el óvalo superior «Aparición de Santo Domingo de Guzmán a San Vicente Ferrer»

Las cuatro tribus de Israel que faltan están representadas solamente en pintura ya que lógicamente no cabían en las pechinas. Son frescos realizados por José Vergara y los encontramos en los extremos de los diafragmas de los muros laterales del crucero flanqueando sendas ventanas. Son:

• Zabulón (acariciando la cabeza de un león) que representa la virtud de «La Severidad» y Aser (con una gavilla de trigo y una hoz) que representa la virtud de «La Paciencia».

• Neptalí (con un compás) que representa la virtud de «La Especulación» y José (con un buey o un toro) que representa la virtud de «La Discrección».

Este complejo programa iconográfico se completa con la decoración interior de la cúpula realizada por José Vergara al fresco. La cúpula interiormente se divide en ocho registros verticales y tres horizontales separadas por molduras de estuco que completan un total de veinticuatro casetones. En este punto hay que hacer notar la similitud decorativa de esta cúpula con la cúpula de la Basílica de San Pedro en Roma con la que tiene ciertas similitudes salvando las lógicas diferencias de tamaño. Esto nos hace pensar que el autor del programa pictórico de la Capilla podría conocer la cúpula de San Pedro de Roma.

Cúpula Capilla
San Vicente Ferrer
Cúpula de San Pedro
del Vaticano
En los ocho casetones que forman el registro superior del interior de la cúpula, José Vergara pintó una serie de ángeles entre nubes insertos en casetones de forma trapezoidal. De alguna manera es la representación del Cielo.

En los casetones del registro intermedio de la cúpula, se han pintado los siete dones del Espíritu Santo, dejando el octavo para la paloma. Cada uno de ellos es reconocible por la cartela que portan. Las pinturas con los distintos dones van insertas en registros ovalados representados por personajes tanto masculinos como femeninos.

• La Paloma del Espíritu Santo (dador de los dones)
• La Ciencia (mujer con una esfera en la mano derecha rematada por un triángulo)
• Entendimiento (hombre joven con un compás en la mano derecha)
• La Piedad (mujer con una llama en la cabeza, mientras se aprieta el seno derecho)
• Consejo (anciano con un libro en la mano izquierda y un corazón colgando del cuello con una cadena)
• Fortaleza (matrona con un león)
• Sabiduría (mujer que lleva en la mano una lámpara encendida)
• Temor de Dios (hombre que huye ante el toque de la trompeta [el ángel del Apocalipsis])

Los casetones del registro inferior que adoptan forma rectangular están ocupados por las Bienaventuranzas, las cuales están escritas en pergaminos que llevan las imágenes:

• Beati pauperes spiritu (Bienaventurados los pobres de espíritu). Pobreza de espíritu: representada por un varón que muestra con su mano derecha su corazón
• Beati mites (Bienaventurados los mansos). Mansedumbre: representada por un varón que acaricia a un cordero
• Beati qui lugent (Bienaventurados los que lloran). LLanto: representada por un varón que enjuga su lágrimas con un pañuelo
• Beati qui esuriunt et sitiunt iustitiam (Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia). Hambre y sed de justicia: representada por un hombre con una balanza
• Beati misericordes (Bienaventurados los misericordiosos). Misericordia: representada por un varón que lleva en su mano izquierda un rama de cedro
• Beati mundo corde (Bienaventurados los limpios de corazón). Limpieza de corazón: representada por un varón que lleva en su mano izquierda un corazón luminoso
• Beati pacifici (Bienaventurados los pacíficos). Pacífico: representada por un varón que prende fuego a un montón de armas
• Beati qui persecutionem patiuntur propter iustitiam (Bienaventurados los que padeccen persecución por la justicia). Persecución por la justicia: representada por un joven temeroso ante una espada

La interpretación iconológica de la Capilla de San Vicente está basado sobre el trabajo realizado por David Vilaplana de la Universidad de Valencia en su trabajo de La Capilla de San Vicente Ferrer de Valencia o la Apoteosis de la alegoría tardobarroca.

En los muros laterales del primer tramo del templo encontramos dos grandes lienzos de José Vergara Gimeno, representando La Imposición del habito a San Vicente Ferrer (lado del evangelio) y El venerable Juan Micó orando ante el altar de la celda de San Vicente (lado de la epístola). El prior que impuso el hábito a San Vicente fue fray Berenguer Gelasio. Este primer tramo se cubre con bóveda de cañón. En el techo encontramos una pintura al fresco realizada por José Vergara Gimeno en 1779 con el Milagro de la resurrección de una difunta en la Huerta del Convento de San Esteban en Salamanca por intervención de San Vicente Ferrer. En los lunetos de la bóveda podemos ver dos medallones con dos santos dominicos, uno de ellos San Luis Bertrán obra al fresco de José Vergara y el segundo medallón representa a Santo Domingo de Guzmán con el libro de la orden. Esta última obra es un lienzo pasado al muro, obra moderna de autor anónimo y que vendría a sustituir al fresco que por algún motivo se ha perdido. El fresco perdido representaba al también monje dominico fray Domingo Anadón.

La capilla se reabrió al culto de la feligresía en 1843 después de la Desamortización de Mendízabal y en 1878 pasó a ser parroquia castrense que hasta entonces prestaba la Iglesia de San Juan del Hospital.


Fachada de la iglesia Se supone que después de construir la Capilla de San Vicente Ferrer (la original gótica) se construyó la nueva fachada del convento, a iniciativa y pagada por el rey de España Felipe II.

La entrada a la iglesia se realiza por la Plaza de Tetuán, en ella encontramos la portada renacentista realizada a finales del siglo XVI en piedra jabalina (de Callosa). El autor de la portada es Francisco de Mora arquitecto mayor del duque de Lerma y marqués de Denia que había sido virrey de Valencia.

Es una portada de las llamadas «portada retablo» y se divide en dos cuerpos horizontales. En el primer cuerpo se encuentra la puerta adintelada y sobre ella un enorme tímpano semicircular en el que podemos observar el escudo de la orden de los dominicos entre dos perros tenantes, animales emblemáticos de la orden. El escudo se compone de una flordeliselada coronada por el escudo real. En su interior encontramos dos letras la «D» y la «F», que quiere decir «Dominicanus fratres» (frailes dominicanos).

A ambos lados de la puerta cuatro grandes columnas que se apoyan en un alto zócalo y que sostienen el segundo cuerpo de la portada. Entre cada par de estas columnas encontramos dos hornacinas superpuestas con las imágenes de los dominicos Santo Tomás de Aquino y San Alberto Magno (también pudiera ser San Pedro de Verona) en un lado y San Raimundo de Peñafort y San Antonio de Florencia en el otro. Las imágenes son obra de Miguel Andrés.

El segundo cuerpo se remata por un frontón triangular en cuyo interior encontramos una paloma (símbolo del Espíritu Santo). En la parte inferior se alojan tres hornacinas que representan a Santo Domingo de Guzmán, San Vicente Ferrer y San Luis Bertrán, los tres con un libro en la mano izquierda en alusión a su labor predicadora. San Vicente Ferrer extiende el dedo índice de su mano derecha hacia el cielo y Santo Domingo de Guzmán en el centro está acompañado por un perro. A ambos lados de estas figuras encontramos dos escudos con las armas reales de los reinos hispánicos: Castilla-León, Aragón, Navarra, Sicilia y Granada.

En la parte exterior de la fachada en lo que sería el testero de la Capilla Real, encontramos unos relieves en piedra donde se encuentran esculpidos tres de los reinos que conformaban la Corona de Aragón, la propia Aragón (en el centro), Sicilia (a la derecha) y Nápoles (a la izquierda). Los escudos se encuentran protegidos por una moldura a modo de guardapolvo.

El campanario de planta cuadrada y estructura barroca se comenzó en 1648, entre 1654 y 1667 es finalizado por fray Vicente Morales. Construido sobre la cubierta de la Capilla Real, consta de un primer cuerpo liso que finaliza en una cornisa-balcón con balaustrada, un segundo cuerpo donde se alojan las campanas con dobles columnas pareadas de orden toscano en cada uno de sus cuatro lados y el último cuerpo que lo forma una terraza con balaustrada decorada con dieciséis pináculos sobre el que se alza un edículo.

El remate de la torre es de 1755, pero fue desmochada por las tropas francesas en la Guerra de la Independencia y reconstruida en 1955. Los nombres de las campanas son: San Francisco de Asís (1935), San Vicente (1935), San Luis Bertrán (1991), María (1991) y San Andrés (1991).

Un elemento añadido que encontramos en la fachada es un balcón de hierro en lo que es el muro testero de la Capilla Real. Este balcón se corresponde con el primer piso de la sacristía de la citada capilla. Se apoya en tornapuntas de hierro y el sotobalcón dispone de azulejos decorativos.

Otro elemento es un panel de azulejos de reciente colocación, en el que se nos narra uno de los menos conocidos milagros de San Vicente Ferrer.

Nada mas atravesar la portada entramos en un pequeño claustro renacentista (patio toscano) que a su vez nos da paso al interior de la iglesia.

Este pequeño claustro construido por el dominico fray Pedro Gómez entre 1639 y 1640, se compone de ocho columnas de orden toscano sobre las que apean tres arcos de medio punto en los lados norte y oeste y un sólo arco en los otros dos lados. Asimismo en el centro de este pequeño patio claustral encontramos una escultura de San Juan de Ribera obra en bronce del escultor catalán Ramón cuello Riera (* Barcelona 1939) y el brocal de un pozo. En el pedestal sobre el que se alza San Juan de Ribera podemos leer: San Juan de Ribera / Capitán General del Reino de Valencia / 1602-1604.

En este pequeño claustro, patio o atrio, encontramos dos puertas, la situada al frente es la que da paso a la iglesia, mientras qua la situada a nuestra derecha da paso a la Capilla de los Reyes. Ambas puertas son góticas del siglo XV, aunque la que permite el acceso a la Capilla de los Reyes carece de ojiva.

Sobre la puerta que da acceso a la Capilla Real campean tres escudos. En el centro el escudo con los palos de Aragón representando al Reino de Aragón, a la derecha el escudo con los palos de Aragón y las águilas de Sicilia, representando al Reino de Sicilia y a la izquierda el escudo histórico representando al reino de Nápoles. Este último se encuentra dividido en cuatro cuarteles, el primero y el cuarto llevan los palos de Aragón, el segundo y el tercero, los propios de Nápoles, a saber, cuatro franjas horizontales representando el reino de Hungria, las flores de lis representando a la Casa de Anjou y las cruces del Reino de Jerusalén que estaba asociado desde tiempo atrás al Reino de Nápoles. Estos blasones fueron usados conjuntamente por primera vez con el rey Carlos III de Nápoles (1382-1386) y posteriormente serían asumidos por la Corona de Aragón al conquistar el reino de Nápoles. Estos tres escudos configuraban tres de los reinos que poseían los soberanos de la Corona de Aragón en el momento de construcción de la Capilla Real.

La portada de la iglesia es obra gótica de finales del siglo XV atribuida a Pere Compte. Se compone de una sencilla puerta formada por un arco apuntado acabado en una cruz floreada y una puerta adintelada. En su tímpano encontramos una imagen de la Virgen del Rosario y a ambos lados sendas imágenes de Santo Domingo y Santa Catalina de Siena, estas de época posterior (siglo XVII). La Virgen se alza sobre una peana con el escudo de la orden dominica. El arco apoya en dos ménsulas con la representación de dos ángeles,uno de ellos sostiene una filacteria en las manos mientras que el segundo toca un instrumento musical (bandolin). En la portada podemos observar el rastro de lo que fueron dos pináculos góticos ya desaparecidos.

Fachada del convento Los Virreyes de Valencia tenían su sede en el antiguo Palacio del Real. Con la llegada en 1707 del rey Felipe V al poder, el cargo de virrey desaparece y nace la figura del Capitán General que sigue ocupando el Palacio del Real. Con la destrucción del Palacio del Real en la Guerra de la Independencia, la sede de la Capitanía pasa al Palacio del Marqués de Campo y la Iglesia de San Juan del Hospital pasa a realizar funciones de parroquia castrense. La desamortización de Mendízabal de 1835 lleva a manos militares al Convento de Santo Domingo por lo que en 1842 las dependencias de Capitanía ocupan el antiguo convento, además de cumplir funciones de Cuartel de Artillería. En 1878 la antigua capilla de San Vicente pasa a ser nueva parroquia castrense sustituyendo a San Juan del Hospital.

El uso actual de esta construcción a excepción de la iglesia que ha quedado como parroquia castrense, es la de Sede del Cuartel General de Maniobra (antigua Capitanía General). Al construirse la actual Capilla de los Reyes en el siglo XV, la portería que ocupaba ese espacio es trasladada a este lugar. Esta nueva portería estaba presidida por una escultura de Santo Domingo de Guzmán y desaparecería al construirse la monumental fachada de estilo neoclásico en el siglo XVIII que actualmente tiene funciones militares y es la que ha llegado hasta nosotros. El proyecto de este monumental conjunto es obra de Bartolomé Ribelles Dalmau (Valencia 1773 – 1795) y fue realizado entre 1789 y 1800.

Dicha entrada permitía el paso al interior del convento y al resto de las dependencias monacales. Destaca en su monumental fachada de ladrillo visto de color rojizo, un gran frontón triangular, cuyo interior estuvo ocupado durante décadas por el escudo de España de época franquista con el águila de San Juan y que recientemente ha sido sustituido por el actual escudo de España. Sobre el dintel de la puerta aún se puede observar el escudo de la dinastía borbónica usado por los reyes Felipe V, Luis I y Fernando VI.

Traspasada esta puerta se accede a un pequeño claustro conocido como Claustro de la Palmera. De planta cuadrada, fue realizado en el siglo XVIII en ladrillo vista de color rojo. Se compone de dos pisos, el bajo formado por arcos de medio punto que apoyan en pilares, mientras que el piso alto es utilizado como dependencias administrativas militares y se resuelve mediante ventanas y balcones. En origen sólo disponía de dos pandas, la norte y la sur. A finales del siglo XX se construyeron las pandas oeste y este siguiendo el mismo esquema arquitectónico que las otras dos. En este claustro es donde estuvo colocado la escultura del general Franco hasta su traslado.

En el suelo del claustro encontramos un bloque de piedra con los emblemas de la Orden Dominica, de la Capitanía General de Valencia y el escudo usado por el rey Pedro el Ceremonioso. En su frente una inscripción dice: Real Monasterio de Santo Domingo / Fundado por el rey D. Jaime I / que colocó la primera piedra 14-4-1239 / se pone la última piedra de su reconstrucción en / el DCCL aniversario y CL años como sede de la Capitanía / General Levante durante el reinado de su Majestad / D. Juan Carlos I y siendo Capitán General / el Excmo. Sr. D. Andrés Freire Conde 12-11-1991.

En uno de los muros de este claustro encontramos una lápida conmemorativa en piedra con un texto que dice: En el V centenario de la advocación de / Nuestra Señora de los Desamparados / las fuerzas armadas y Guardia Civil / de guarnición en Valencia / rinden un homenaje de devoción y afecto a / su generalísima del ejercito desde 1810 / y la reciben con todos los honores / en Capitanía General / por primera vez en sus 152 años de estancia en este convento de Santo Domingo / ¡Siempre a tus ordenes Mare de Deu! / Valencia 19 – XI – 1993.

Por último tal vez sea necesario hacer hincapié en la enorme suerte que ha tenido el edificio al ser convertido en su momento en Cuartel Militar, ya que si bien es cierto que durante mucho tiempo el convento sufrió los inconvenientes de tal circunstancia como fácilmente es de adivinar, sería a partir de ser nombrado el general Urrutia, Capital General de Valencia, cuando percatándose de la gran importancia que el monasterio tuvo en su momento inició obras de restauración y rehabilitación que otros capitanes generales han continuado con enorme acierto. Baste decir que el general Urrutia tiene dedicada una calle en su honor en la ciudad de Valencia y que en el claustro gótico encontramos un busto del mismo, como reconocimiento a su labor.

El convento de Santo Domingo en el recuerdo
 

Barrio de La PETXINA, de VALENCIA.

 Permítaseme que, por esta vez, dedique este «post» de EL BLOG DEL GERUNDIO, al propio barrio de residencia. ¡¡Un buen espacio urbano de la ciudad de VALENCIA…!!
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Puente peatonal sobre la acequia de Favara, detrás la chimenea de 
la central de Hidro-eléctrica. Diciembre de 1924. Foto actual desde 
la calle de Santa María Micaela a la avenida de Pérez Galdós. 
Cauce del río, puente de las Glorias Valencianas y la Ferca. 1979. 
Paseo de la Pechina y los Jesuitas. 1979. 
Colegio San José de la Montaña. Avenida de Pérez Galdós, a la derecha la actual calle del Maestro Guerrero. Marzo de 1953. 
Pasarela del Paseo de la Petxina a Nuevo Centro. 1979. 
Paseo de la Pechina a la altura de la calle Norte. Monumento a San Pedro Pascual 
Colegio San José de los Jesuitas en la Gran Vía de Fernando el Católico. 1944.
Avenida de Pérez Galdos y el Paseo de la Pechina en el año 1986, en la foto se ve el ya cerrado el Matadero Municipal de Valencia (1902-1969).
Cauce del río Turia antes del ajardinamiento en el tramo del puente de San José, hasta el puente de Ademuz. Foto de finales de los años 70. 
Avenida de Pío XII en el año 1964, al fondo la Gran Vía de Fernando el Católico.
Colegio de los Jesuitas y la Gran Vía de Fernando el Católico, año 1945.
 
Paseo de la Pechina, a la izquierda el puente de Campanar. Fotografía de 1973
Riada de 1957. Puente de Campanar, enlaza la avenida de Pérez Galdós con la avenida del Maestro Rodrigo.

MONASTERIO DE SAN MIGUEL DE LOS REYES

Alquería de Rascanya (Quarya de Rascanya) (siglo XI)
Monasterio cisterciense de Sant Bernat de Rascanya (1381-1546)
Monasterio jerónimo de San Miguel de los Reyes (1546-1835)
Presidio Nacional (1874-1966)
Biblioteca Valenciana (1999-actualidad)

El histórico, grandioso y actual edificio del antiguo Monasterio jerónimo de San Miguel de los Reyes se halla situado bien entrado en el llamado «Camino Viejo de Barcelona» o «Camí de Murviedro» después de dejar atrás el antiguo arrabal del barrio de Sagunto de la ciudad de Valencia.

Se encuentra en el lugar que antiguamente y en plena huerta se llamaba el «llano de San Bernardo», por haber existido alli la abadia cisterciense de «Sant Bernat de Rascanya» o de la Huerta. Dicho monasterio fue fundado en el ultimo cuarto del siglo XIV, por fray Arnaldo Saranyó, abad del Monasterio de Santa Maria de Valldigna, de la que dependió la nueva casa.

El monasterio cisterciense sería construido sobre una alqueria musulmana llamada «Rascanya» del siglo XI; de ahi que a este monasterio también se le conociese como «Sant Bernat de Rascanya».

El primer señor de Rascanya fue Guillem de Aguiló (+ 1277) a quien el rey Jaime I le hizo entrega de la alquería en 4 de agosto de 1237 según consta en el Llibre de Repartiment. Guillem de Aguiló vendió la alquería a Pedro Esplugues que se convirtió en el segundo señor de Rascanya. Un descendiente de la familia Esplugues, dividió a finales del siglo XIV los terrenos de los que era señor, a Joan Saranyo le vendió la casa de campo y la huerta y a Luis de Valeriola el poblado y el resto del terreno. Arnaldo Saranyo abad de la Valldigna, compra hacia 1371 a Joan Saranyo la casa y huerta con lo que la alquería pasa a propiedad de la Valldigna.

En primera instancia la alquería junto con una pequeña capilla se convirtió en el Priorato de Sant Bernat de Rascanya. Según algunas crónicas, durante la penúltima década del siglo XIV, mudéjares condenados construyeron los elementos básicos que permitieron albergar vida en comunidad. En 1387 Lorenzo Zaragozá, pintor altamente ensalzado por sus contemporáneos y primero de renombre afincado en la ciudad de Valencia, finalizó su trabajo en el retablo del altar mayor de la iglesia, y se pasó a la erección canónica de la abadia. A partir de entonces sería conocido como Monasterio de Sant Bernat de Rascanya o Sant Bernat de la Huerta.

El viejo monasterio constaba de una iglesia almenada de una sóla nave abovedada, cinco capillas laterales a cada lado y un claustro de dos pisos alrededor de los cuales giraban las distintas dependencias que formaban el monasterio. Detrás de la iglesia se encontraba un pequeño claustro con la residencia del prior y la enfermería.

Durante las excavaciones realizadas en 1996 para adaptar el monasterio a su nuevo uso, los restos de este antiguo convento salieron a la luz y hoy día los podemos contemplar como restos consolidados en el patio norte del actual monasterio.

La muerte de fray Arnaldo abrió un periodo de tensa relación entre las casas madre e hija. El absentismo de los abades, incluso fuera de los reinos de la Corona de Aragón, llevó a una relajación de costumbres, que se acentuó con el gobierno de los abades comendatarios, clérigos o seculares, interesados principalmente en obtener beneficios económicos.

El estado de vida relajada, preludio de su extinción, fue recogido por Claude de Brosenval, secretario del abad de Claraval, en la visita que realizó en 1532. Años después, a petición de Fernando de Aragón, Duque de Calabria, personas doctas emitieron un informe que corroboraba estas impresiones, lo que finalmente impulsó al Papa Paulo III mediante una bula a extinguir en 1544 la comunidad de San Bernardo e instituir la de San Jeronimo en su lugar, todo a petición del Duque de Calabria, don Fernando de Aragón.

Después, por voluntad testamentaria de la virreina doña Germana de Foix (1488-1536), viuda primero del rey Fernando el Católico y después del marqués de Branderburgo y junto a su tercer esposo, don Fernando de Aragón (1488-1550) duque de Calabria y virrey de Valencia, ordenaron levantar en aquel lugar un nuevo monasterio bajo la advocación de San Miguel. La intención del duque de Calabria era triple, por una parte la fundación del monasterio, la creación de una escuela de arte y teología y finalmente debía constituirse como panteón familiar.

Ambos esposos hicieron testamento dejándose sus cuantiosos bienes uno a otro en vida, y a la muerte de ambos, sus bienes y fortuna pasarian a la Orden de los Jerónimos, para la construcción del monasterio de dicha orden, ya que Germana de Foix queria ser enterrada en Valencia, en un monasterio de la citada orden. Germana de Foix fallecería en Liria (Valencia) en octubre de 1536.

En 2 de julio de 1546 los monjes jerónimos toman posesión del monasterio. Los nuevos monjes provienen del monasterio jerónimo de Montemarta en Zamora y su primer prior fue fray Antonio de Vallderraga. Para renovar el viejo monasterio se solicitaron trazas a expertos maestros: Alonso de Covarrubias, maestro de obras de su Majestad y de la Catedral de Toledo, y a Juan de Vidaña, criado al lado del Duque de Calabria y oficial tambien aventajado en materia de arquitectura. El primero ofreció el plan general, que tuvo siempre en cuenta la abadia existente.

Las obras comenzaron en el 1546, concretamente la primera piedra se puso el 14 de julio de 1546 bajo la dirección de Alonso de Covarrubias y se terminaron tras pasar por ella diferentes maestros en el año 1644, aunque hasta mediados del siglo XVIII se hicieron numerosos añadidos en la cripta, la iglesia, los retablos, y las balaustradas o remates del monasterio.

Poco después de la muerte de su mecenas, don Fernando de Aragón en 1550, las obras prácticamente se paralizaron, debido a largos pleitos de carácter económico, hasta que fueron reanudadas las obras en 1570, pero con una dotación presupuestaria bastante más reducida. Se hace cargo de la dirección de la obra Juan Barreda.

En lineas generales comprendia: una gran iglesia en el eje axial de una composición con dos claustros comunicados por detras del templo mediante un corredor. Modificaciones posteriores transformaron enormemente el proyecto, sobre todo en lo formal, pero la distribución básica se mantuvo.

En 1802 y con motivo de la visita del rey de España Carlos IV y su esposa Maria Luisa de Parma, se construyó una porteria en forma de dos torres almenadas justo enfrente de la portada principal de la iglesia; portería que en la actualidad es utilizada como punto de entrada y oficina de recepción para visitantes. En el paño que unen ambas torres y por encima de la portada encontramos el escudo de la de la Corona de España.

En los modernos jardines que anteceden al monasterio y poco después de traspasar las dos torres almenadas, encontramos una escultura firmada por el escultor valenciano de Quart de Poblet, José Vento González (n.1940), que lleva por titulo «Mujer leyendo», obra en bronce del año 2001.

También una lápida conmemorativa se alza en este lugar con el siguiente texto en valenciano, latín y castellano: Al patricio Nicolau Primitiu Gómez i Serrano (1877-1971) fundador de esta biblioteca, donada por la familia Gómez Senent para servicio de la cultura valenciana. 11-11-2005

Claustro Sur

El claustro sur y las dependencias que distribuía fue el primer espacio que comenzó a construirse y se realizó entre 1546 y 1607. Los problemas económicos que suponía seguir la traza de Alonso de Covarrubias, llena de molduras, acorde con el llamado estilo plateresco, obligó a los monjes a cambiar el proyecto. En 1578 monjes jerónimos valencianos acudieron a El Escorial donde copiaron el claustro principal o de los Evangelistas ya finalizado. El claustro valenciano adaptó el clasicismo y rigor escurialense, pero con múltiples variantes. Algunas forzadas por las obras ya construidas, otras sin embargo, eran transgresiones libres del original. Desde 1578 hasta comienzos del siglo XVII, con algunas interrupciones, Juan Barreda, Juan de Ambuesa y Juan Cambra, entre otros, se sucedieron en su realización. Fotos del claustro sur

El claustro sur de San Miquel de los Reyes constituye una de las obras más relevantes de la arquitectura valenciana del Renacimiento. Se compone de dos galerías superpuestas de siete arcos de medio punto por cada lado, de orden dórico en la galería inferior y orden jónico en la galería superior. El claustro se corona por medio de una balaustrada de piedra con bolas sobre pedestales y piramides en las esquinas.

En el centro del patio habia inicialmente una fuente que a finales del siglo XVIII fue sustituida por un pozo hoy desaparecido. Alrededor de este claustro se situaban las dependencias donde se desarrollaba la vida de los monjes. En la planta baja se encontraban los servicios comunitarios como la sala capitular, el refectorio o comedor, la cocina etc. En la primera planta los dormitorios de los monjes y en un altillo superior la de los novicios. El prior ocupaba las salas situadas en la torre sur-este y que en la actualidad recibe el nombre de Torre del Prior.

Al claustro sur se entra desde el jardín por una sencilla puerta adintelada situada a la derecha de la fachada principal de la iglesia. Esta puerta nos lleva a un vestibulo conocido como sala de las maquetas que directamente y a traves de una puerta da paso al claustro. Una vez hemos entrado en el claustro, si queremos hacer un recorrido por el mismo, empezaremos por el ala que queda a nuestra derecha. Puerta de comunicación entre el claustro y el vestibulo.

Este claustro está formado como hemos dicho por dos galerías superpuestas, al piso de arriba se accede por una escalera de las llamadas imperiales, es decir comienza con un solo tiro para dividirse más arriba en dos tiros divergentes a derecha e izquierda. Esta escalera de tipo imperial fue construida en 1600 por Joan Cambra.

La primera portada y la más grande corresponde a la escalera que sube al piso superior del claustro, la segunda puerta también da acceso a la escalera y en ella encontramos uno de los pavimentos originales del siglo XVII del monasterio. El techo de la escalera principal se cubre con bóveda de medio cañón decorada con casetones. La escalera es obra de Joan Cambra realizada entre 1601 y 1603. La portada de acceso es una gran portada adintelada flanqueada por pilastras y sin decoración.

La tercera y cuarta puerta daban acceso a la Capilla de los Reyes y al Aula de Lectura respectivamente. La construcción en esta ala del claustro entre 1874 y 1886 de talleres para los presos que ocupaban el monasterio, hizo que toda el ala fuera destruida, por lo que de las dos salas que ahora hemos comentado no quedan mas que el recuerdo y por ello se usan como salas de exposiciones temporales y no son originales.

La Capilla de los Reyes construida por Juan de Vidaña, Joan d’Ambuesa y Joan Cambra entre 1548 y 1604, era una de las estancias mas ricamente decoradas. El Altar se situaba mirando al oeste y se cubría con bóveda apoyada sobre cuatro pechinas.

El Aula de Lectura construida por Joan d’Ambuesa y Joan Cambra entre 1581 y 1601, estuvo destinada, problablemente, a alojar el aula para leer arte y teologia según la idea inicial del Duque de Calabria. Se ordenaba a base de pilastras y capiteles sobre los que se apeaban los arcos que sustentaban las bóvedas.

Mas adelante y en el ala que le sigue encontramos en el centro del muro, una puerta adintelada, que corresponde a la Libreria del Duque de Calabria. La sala fue construida entre 1581 y 1588 por Joan D’Ambuesa para albergar la importante biblioteca del Duque de Calabria. En 1603 los monejes decidieron trasladar la biblioteca a una sala del ala occidental del primer piso. En el siglo XVIII fue usada como refectorio o comedor. La traza y construcción de la portada es obra del mismo Joan D’Ambuesa quien la realizó entre 1582 y 1583. En la parte superior de la portada podemos ver el escudo de armas del Duque de Calabria. La Biblioteca del duque de Calabria estaba compuesta por más de 700 volumenes. La estancia es una sala rectangular cubierta con bóveda de arista sustentada por arcos fajones rebajados que apoyan en pilastras adosadas a la pared. En la actualidad esta sala es utilizada como Salón de Actos o Sala de Conferencias.

La siguiente puerta que se encuentra ya en la siguiente ala, pero hace casi esquina con el ala de la que venimos, da acceso a la llamada Torre del Prior. Es obra realizada entre 1571 y 1578 por Jerónimo Labal y sigue las trazas de Alonso de Covarrubias. La torre dispone de tres plantas que se comunican por una escalera de caracol. En origen serían dependencias del prior, aunque en el siglo XVIII fue utilizada como despensa del monasterio. También llegó a albergar la Sala del Tesoro del monasterio. Por su orientación al frente oriental es una de las zonas calidas del monasterio.

Al final del ala donde nos encontramos, una puerta comunica con la Sala Capitular, obra entre 1548 y 1578 de Alonso Covarrubias y Jerónimo Labal. La sala capitular, lugar donde se reunian los monjes para leer los capitulos de las Sagradas Escrituras y resolver asuntos internos de la comunidad, se realizó siguiendo el proyecto de Alonso de Covarrubias ya que por esta sala se comenzó la construcción del claustro sur. Las obras de restauración han permitido descubrir y restaurar las pinturas que decoran sus bóvedas. Posiblemente, la Sala Capitular fue utlilizada en el siglo XVII como Capilla mientras se construia la iglesia. Actualmente se realizan en ella exposiciones temporales.

Al lado de la puerta de la Sala Capitular encontramos un pasillo por el cual se puede acceder al Claustro Norte, pero nosotros continuamos por la siguiente ala de este claustro, para detenernos en la portada que corresponde a la entrada a la iglesia.

Sin embargo y si a pesar de ello, optamos por seguir por el pasillo en dirección al patio norte, encontraremos una portada formada por un arco de medio punto y que permite el paso a la segunda escalera de acceso al claustro alto. Esta escalera es más sencilla que la que hemos visto. Por ella además de acceder al primer piso del claustro se accede al piso donde se encontraban los dormitorios de los novicios. Construida entre 1581 y 1582 por Joan d’Ambuesa ocupa el espacio interior de la torre que se situa justo detras de la iglesia. En el arranque de la barandilla podemos ver la figura de un león en piedra, es el simbolo o atributo de San Jerónimo. El techo se cubre con una bóveda decorada con casetones pintados, y en ella figura una inscripción conmemorativa alusiva a la fundación del monasterio por parte del duque de Calabria.

Claustro Sur – Primer Piso

En este primer piso se encuentran las celdas de los monjes. En el ala este, se encontraban las celdas individuales de los monjes. Sobre el dintel de cada dormitorio de los monjes, estaban escritas en unos casos el anagrama XPS y en otros IHS en ambos casos es el anagrama de CRISTO, el primero en griego y el segundo en latin (IHS = Iesus hominum salvatur). Además las celdas tenían su propia numeración, formada por una letra o una letra y un número. Las celdas disponían de balcón y ventana, escritorio, armario de obra, cama y sillas. Las celdas de esta ala fueron realizadas por Jerónimo Labal entre 1571 y 1578.

Se da la circunstancia que las celdas más solicitadas eran las situadas en la parte este, ya que estas daban al mar y la salida del sol calentaba estas habitaciones por lo que eran más confortables. Existió la idea inicial de construir un tercer piso para los novicios, pero considerando que ello quitaría luminosidad a las plantas inferiores del claustro, se decidió no construirla y que los novicios se pudieran conformar con el altillo ahora existente.

La celda del prior se encontraba en la torre situada en el ángulo sur-este del monasterio, torre conocida como del Prior. Tenía entrada por el claustro bajo a través de una escalera de caracol o directamente por este primer piso del claustro. Las dependencias del prior ocupaban las dos primeras plantas de la torre e incluian: un oratorio, el estudio y la alcoba. También era costumbre reunir el capitulo en la celda del prior. Es obra realizada entre 1571 y 1578 por Jerónimo Labal. De la obra original sólo se conserva el oratorio y un panel de azulejos que formó parte del pavimento o del zócalo de la sala. En la actualidad la celda del prior y la torre se utiliza como salas de uso exclusivo interno de la Biblioteca.

En ala sur o del mediodía, volvemos a encontrar nuevas celdas para los monjes que siguen el mismo esquema que las situadas en el ala de levante de la que procedemos. En el ala de poniente (oeste) se construyeron entre 1582 y 1604 por Joan D’Ambuesa y Joan Cambra cuatro celdas, pero en 1603 los monjes acordaron trasladar la biblioteca del Duque de Calabria que se encontraba en el piso de abajo a esta ala del claustro para lo cual realizaron las necesarias reformas. Entre 1874 y 1886 se realizaron obras de reforma en este ala para adaptarlas a su función de presidio y todo lo anterior fue destruido. En la actualidad este ala es utilizada como sala de lectura e investigación para los estudiosos que acuden a la Biblioteca Valenciana. La sala recibe el nombre de Nicolau Primitiu.

En el ángulo que forman estas dos alas, se encuentra la torre sur-oeste. Esta torre incluía dos celdas individuales y tenían acceso directo a través del claustro superior o por una escalera de caracol que corría interiormente por la torre. Las estancias fueron destruidas en las obras de reforma para su adaptación como presidio. La torre fue realizada por Joan D’Ambuesa entre 1581 y 1587.

El ala norte de este primer piso del claustro es ciego ya que comparte muro con la iglesia del monasterio.

La iglesia

La iglesia es obra de Joan Cambra, Pere D’Ambuesa (hijo de Joan de Ambuesa e hijastro de Joan Cambra) y Martí D’Orinda. Comenzada en 1601 sobre la antigua iglesia cisterciense de San Bernardo, de la cual aprovecha algunos muros, no será hasta 1623 cuando su construcción reciba el impulso definitivo, siendo concluida en 1644.

El retablo del Altar Mayor, las gradas, el enlosado del presbiterio y los retablos de las capillas laterales son barrocos del siglo XVIII. En su construcción se empleó decoración de taracea de mármol, jaspes, alabastros o marquetería con incrustación de mármoles de varios colores. Fray Atanasio de San Jerónimo realizaría el enlosado, la balaustrada, y los frentes de las gradas del presbiterio.

El Retablo Mayor es obra realizada entre 1732 y 1749 por José Cavaller y José Montana, legos del monasterio. Está realizado con taracea de mármol de diversos colores. En la parte escultórica intervino el escultor Raimundo Capuz (* Valencia ca.1665 † 1743) siendo de su mano la talla de San Miguel Arcángel que ocupa el centro del retablo.

Hacia 1625 Pere D’Ambuesa realizó la fachada de la iglesia de tres cuerpos. El primero es de orden dórico, con seis columnas, y dos nichos que albergan las estatuas de San Jerónimo y Santa Paula. Sobre la puerta hay un altorrelieve con un ángel que porta los escudos de armas de los fundadores. El segundo cuerpo es jónico, con igual número de columnas y disposición. En el centro se encuentra un nicho con una escultura de San Miguel alanceando al diablo, aunque en nuestro caso le falta la lanza, y en los intercolumnios laterales ventanas que iluminan el coro. En el tercer piso, en la calle central se enmarca una gran ventana con columnas salomónicas, corintias de estrías en espiral y pilastras cajeadas. Cada una de las calles, un piso mayor en la central, culminan con frontones semicirculares partidos, coronados por las esculturas de los tres Reyes Magos. La fachada se encuentra delimitada a los lados por dos grandes torres de sección cuadrada, leves resaltes, prominentes cornisas y balaustrada con piramides y bolas.

Bajo la figura del rey Baltasar que corona la fachada podemos ver una estrella sobre la ventana, que quiere ser la estrella de Oriente que guió a los Reyes Magos hasta Belén.

La fachada en definitiva, forma parte de la tipología conocida como fachadas retablo, que tanta predicación tuvo en tierras valencianas, y directamente se conecta con las portadas de la Iglesia del Carmen o la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción en Liria (Valencia). Se considera como una de las primeras fachadas retablo del Reino de Valencia.

El Monasterio como ya hemos dicho está bajo la advocación de San Miguel y recibe el sobrenombre de los Reyes en referencia a los tres Reyes Magos que figuran en esta fachada. Al duque de Calabria le gustaba decir que descendía del rey Baltasar a pesar de que este no era negro.

La iglesia, fue construida entre 1623 y 1644 bajo las órdenes de Pere D’Ambuesa y Martí D’Orinda. Se trata de un templo de grandes proporciones con planta de cruz latina, amplia y única nave, cúpula sobre tambor circular apoyada en pechinas en el crucero, un gran coro alto a los pies casi tan grande como el del Escorial y cinco capillas laterales por lado entre los contrafuertes comunicadas entre si. La cúpula se cubre con teja vidriada de color azul.

El coro es amplio pues ocupa dos tramos del templo, ya que como la orden de los jeronimos es una orden de las llamadas contemplativas, pasaban muchas horas al cabo del dia orando en el coro. En la bóveda del coro encontramos un reloj boca abajo para que los monjes pudierán saber en todo momento la hora del dia. Más fotos de la cúpula de la iglesia


Mas fotos del interior de la iglesia

El interior del templo se ordena con colosales pilastras toscanas con fuste acanalado y cañas en el tercio interior sobre basas. Las capillas se abren a la nave por medio de arcos de medio punto, y sobre éstas se situan las tribunas flanqueadas por columnas jónicas que soportan un entablamento coronado por jarrones y frontones, alternando los segmentales y los de volutas enrolladas. Sobre estos espacios se encuentra un entablamento con ménsulas-talón resaltado sobre las verticales de las pilastras. Una bóveda de cañón con lunetos cubre el espacio. Las ventanas que se abren en los lunetos ofrecen diversidad de diseños aunque guardando la sencillez de estilo. En el siglo XVIII fueron sustituidos los antiguos retablos de madera por otros de estilo barroco realizados con jaspes, taracea de mármol, alabastro y piedra. Estos retablos son los que han llegado hasta nosotros y podemos contemplar hoy en día.

A ambos lados del Altar Mayor, insertas en los muros encontramos unas hornacinas donde debian estar los restos mortales del duque de Calabria y su esposa Germana de Foix a modo de cenotafios. En el correspondiente al duque vemos su escudo de armas y enfrente el escudo de armas de su mujer Germana de Foix.

Debajo del presbiterio de la iglesia se encuentra la cripta o panteón, realizado en 1648 y donde se dice estan enterrados los cuerpos de Germana de Foix, Fernando de Aragón duque de Calabria y dos hermanas de este. La entrada a la cripta se realiza por una puerta situada en el exterior de la cabecera de la iglesia, en el pasillo de comunicación entre el claustro sur y el claustro norte.

Descendiendo por una escalera de piedra negra de Alcublas, se accede a la cripta de pequeñas dimensiones, planta cuadrada y cubierta por bóveda de aristas. En su hastial un altar de piedra de jaspe y mármol negro con apliques blancos realizado en 1753. A la izquierda el mausoleo de doña Germana de Foix y a la derecha el de su esposo el duque de Calabria. Ambos mausoleos son de similares caracteristicas. Sobre un bloque funerario se situa la urna de mármol negro. En su parte superior el escudo de cada uno de los fundadores del monasterio en mármol blanco.

En principio los cuerpos de los fundadores estaban situados en el Altar Mayor de la Iglesia, en el lugar donde se encuentran las hornacinas en la pared, pero en 1804 los cuerpos fueron trasladados a la cripta.

No obstante se sabe casi con absoluta certeza que los cuerpos no están en los mausoleos, ya que estos son compactos, y que los cuerpos se encuentran en el suelo de la cripta. Pruebas realizadas con aparatos de medición han comprobado la existencia de cuatro cuerpos, y por estudios realizados se ha llegado a la conclusión de que los cuerpos pertenecen a Germana de Foix, al duque de Calabria y a dos hermanas del duque.
El 29 de Septiembre, dia de San Miguel, a las 10.00 horas (hora solar) ocurre un curioso hecho, y es que los rayos del sol penetran a traves de una ventana realizada en el muro y marca el punto exacto donde está enterrada doña Germana de Foix y el duque de Calabria. Curiosamente el lugar que marca el rayo de luz es en el suelo de la cripta y no en el mausoleo.

Hacia la ruina …

Aquel magnífico edificio, y sobre todo el espacioso templo, sufrió una cruel devastación durante la invasión de las tropas de Napoleón, desapareciendo valiosas obras artísticas. El monasterio fue convertido por los franceses en cuartel de artilleria y la biblioteca del Duque de Calabria expoliada y quemada. Los libros que pudieron salvarse pasarían a la Biblioteca de la Universidad de Valencia.
Después, cuando la exclaustración de las Ordenes religiosas del año 1835, cuadros y otras obras artísticas que se conservaban pasaron al Museo de Bellas Artes de Valencia y otras fueron vendidas a particulares.
Después de la devastación, el monasterio de San Miguel de los Reyes, estuvo en peligro inminente de desaparecer. Un particular que lo habia adquirido iba a demolerlo en 1843 para aprovechar los materiales. El Ayuntamiento de Valencia, mediante informe de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, acudió al Gobierno, logrando el rescate del histórico edificio.
Pero el destino fue deporable. En un principio se intentó instalar una fábrica de tabacos, proyecto que aun cuando se insistió repetidamente, no se llevó a efecto. Después se estableció en el edificio un asilo de mendicidad y más tarde se dedicó a correccional para mujeres. Cuando se reservó a las mujeres penadas de toda España el establecimiento penitenciario de Alcalá de Henares, el Gobierno de Madrid dispuso en 1874 que fuese destinado a presos comunes de hombres.
Sería durante el periodo en que el monasterio fue presidio cuando se acometieron obras para adaptarlo a su función carcelaria. Basicamente las obras se centraron en la demolición de la fachada oeste del claustro sur del que ya hemos hablado y la construcción de nueva fabrica de dos nuevas alas que cerrara el claustro norte, que hasta entonces, no se había llegado a cerrar por sus cuatro costados y estaba inacabado. Además se rodeó el monasterio con una pequeña muralla y unos pocos torreones para los guardias que aún se conservan. Se cegaron los arcos del claustro sur y se cubrieron con cal muchas salas del monasterio.

El Claustro norte o Patio norte

El patio norte es en la actualidad el resultado de la incorporación de sucesivas edificaciones construidas en diferentes épocas: desde los restos arquitectónicos de la alqueria islamica de Rascanya y del monasterio cisterciense de Sant Bernat hasta un ala inacabada del segundo claustro jerónimo y los pabellones penitenciarios.
Los restos arquitectónicos del monasterio de San Bernat de Rascanya han quedado consolidados formando conjunto con el actual Monasterio. Lo más patente de ellos un arco apuntado gótico de lo que antaño fuera el claustro del convento cisterciense. Hay que decir que en el actual monasterio se utilizaron las piedras y sillares del anterior convento, por lo que poco podía quedar de él.
Sin embargo la parte más curiosa es el muro situado al este, en donde vemos una linea de lo que podrian ser ventanas y que en realidad son las portadas de las celdas que tendrían que formar un nuevo claustro de iguales caracteristicas al que hemos visto. Este comenzó a construirse en 1756 pero por cuestiones económicas no se llegó a concluir el nuevo claustro y como tal quedó con sus portadas, los arranques de los arcos y el muro inacabado, paralizandose las obras en 1802.
Más tarde en el siglo XIX y durante el tiempo que fue prisión se acabaría de cerrar el claustro con dos nuevos lienzos, dandole su actual configuración claustral, que en definitiva no es más, como ya hemos dicho que un conjunto variopinto de estilos y épocas.

La orden Jerónima

Diversos focos eremíticos que tenían como ejemplo seguir a San Jerónimo en el desierto de Calcis; ante las críticas que recibían por su tipo de vida, según algunos propias de beduinos, decidieron regularizar su tipo de vida, y acudir al Papa. La decisión apareció prácticamente a la vez en territorios de Castilla y Aragón, y posteriormente en Portugal. El 15 de octubre de 1373 el Papa concedió la bula Sane Petitio a los castellanos, en la que les indicaba entre otras cosas, que en adelante seguirían la regla de San Agustín y usarían hábito blanco y pardo. Al año siguiente concedió lo mismo a los ermitaños valencianos.
Las casas eran independientes según la corona en la que estuvieran (Castilla o Aragón), pero en el primer capítulo general de la orden, celebrado en Guadalupe (Cáceres) en 1415, se dispuso la unión entre las distintas casas independientemente de su localización.
Frente a las órdenes mendicantes, que buscaban actuar sobre el mundo, los jerónimos mantienen la tradición monástica medieval de retirarse de él para rezar por su salvación. Siguen una vida apartada dedicada principalmente a la liturgia, las alabanzas divinas desde el coro, la contemplación y la hospitalidad que conlleva la caridad. La rama masculina de desarrolló en los límites estrictos de la Península Ibérica e Islas Baleares. Fueron llamados Religio Sancti Hieronymi Hispaniarum . Precisamente el carácter hispánico de la orden que indica su nombre explica su constante vinculación con la Monarquía Hispana.

Los decretos de desamortización y exclaustración de 1835 la llevaron a su desaparición. Tras diversos intentos, en 1946 se restauró la observancia en Santa María El Parral (Segovia). A esta iniciativa se sumó la de San Isidro del Campo (Sevilla, 1956), San Jerónimo de Yuste (Cáceres, 1958) y Santa María de los Ángeles de Jávea (Alicante, 1964). En la actualidad sólo quedan escasos monjes en Yuste y el Parral. En Valencia, la orden de los Jerónimos desapareció con el Monasterio de San Miguel de los Reyes.

Los fundadores: Germana de Foix y Fernando de Aragón duque de Calabria

El Duque de Calabria Fernando de Aragón (1488-1550) fue Duque de Calabria; es decir, jurado como heredero al trono de Nápoles (su homólogo español sería Principe de Asturias). En Valencia es recordado como Virrey de Valencia entre 1526 y 1550.
La deposición de su padre el rey Federico I de Nápoles (Fadrique) en 1501 y su propia claudicación meses después, puso fin a una experiencia dinástica de sesenta años iniciada por el rey de Aragón Alfonso V el Magnánimo. El adolescente Duque es hecho prisionero en 1502 por Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitan y conducido a tierras hispanas detenido, pero por intereses politicos, el rey Fernando el Católico le nombra en 1506 lugarteniente general de Cataluña. Intenta escapar de Cataluña para restaurar sus derechos dinásticos en Nápoles, pero es detenido y acusado de alta traición, es enviado al Castillo de Játiva. Según las malas lenguas el duque de Calabria habría conocido a Germana de Foix cuando este era lugarteniente general de Cataluña y allí habría tenido un romance a pesar de ser la esposa del rey católico, y éste sería el verdadero motivo de su detención y posterior encierro en Játiva.

Encontrándose encerrado en la fortaleza como prisionero de lujo, los agermanados que habían tomado Játiva, le proponen unirse a su causa, cosa que él rechaza. El 13 de diciembre de 1521 el rey Carlos I le devuelve la libertad en premio por su lealtad. En 1526 contrae matrimonio en Sevilla con Germana de Foix (viuda primero del rey Fernando el Católico y más tarde desde 1525 de Juan de Brandemburgo). El 28 de noviembre de 1526 entran en la ciudad de Valencia como Virreyes y lugartenientes del Reino de Valencia, cargo que les había otorgado el rey Carlos I.
La pareja se establece en el Palacio del Real y allí Fernando de Aragón duque de Calabria que es un amante de las letras y de la música establece una pequeña corte de refinada cultura, promueve la actividad poética, escénica y musical. En este periodo virreinal se usa por primera vez el castellano en un documento oficial del Reino, Germana de Foix no hablaba valenciano y nunca tuvo interés en aprenderlo, por lo que era habitual escuchar el castellano en el Palacio del Real.
Germana de Foix fallece el 15 de Octubre de 1536, y el Duque vuelve a contraer matrimoonio en 1541 con la viuda de Enrique de Nassau, doña Mencía de Mendoza, marquesa de Zenete, mujer ilustrada del Renacimiento discipula de Luis Vives, la cual se encuentra enterrada en el Convento de Santo Domingo de nuestra ciudad. Fernando de Aragón continuaría siendo virrey de Valencia hasta su muerte en 1550. Sus restos reposan en la cripta de la iglesia del monasterio.
Germana de Foix Virreina de Valencia entre 1523 y 1536. Ursula Germana de Foix (Foix [Francia] 1488 – Liria [Valencia] 8-11-1536) era hija de Juan de Foix y María de Orleans hermana del rey Luis XII de Francia, por lo tanto era sobrina del rey francés. Pertenecía a la dinastia reinante en Navarra, su tio el rey de Francia decidió casarla por intereses politicos con Fernando el Católico, viudo de Isabel desde 1504. La boda tuvo lugar en Dueñas en 1506, con anterioridad el matrimonio ya se había realizado por poderes. Germana de Foix hizo su entrada en la peninsula por Barcelona y allí conocería al duque de Calabria que por entonces era lugarteniente general de Cataluña.

A la muerte de Fernando el Católico el 23 de enero de 1516 vino a España desde Flandes el futuro rey Carlos I (V de Alemania). A pesar de la diferencia de edad y el parentesco que les unía Germana de Foix y Carlos V mantuvieron un idilio e incluso se dice que tuvieron una hija en común de nombre Isabel. Germana de Foix era abuela no de sangre (abuelastra) de Carlos V. Para acallar las criticas Carlos V, casó a Germana de Foix con Juan de Brandemburgo (* 1493). La boda tuvo lugar en Barcelona en 1519. El rey Carlos nombraría en 1523 a Germana de Foix, virreina de Valencia y a su esposo el marqués de Brandemburgo Capitan General del Reino y lugarteniente de su esposa. De la relación entre ambos se sabe que fue muy tormentosa, el marqués maltrataba a su esposa y además era un mujeriego, de hecho su muerte se produjo a consecuencia de una enfermedad venerea el 5 de julio de 1525 en el Palacio Arzobispal de Valencia.
El 13 de mayo de 1526 contrae nuevo matrimonio en Sevilla con Fernando de Aragón, Duque de Calabria. Los padrinos son el rey Carlos I y su esposa. Como regalo de bodas les nombra a ambos virreyes de Valencia. Entran en la ciudad el 28 de noviembre de 1526.
En el testamento que redactó poco antes de morir indicó que su voluntad era que el monasterio de San Bernardo de Rascanya, pasase a manos de los monjes jerónimos y le sirviese de enterramiento. Amplia fue la dotación que dejó para tal fin. Su marido acogió como propio el proyecto y amplió el concepto de enterramiento al de panteón familiar. La comunidad jerónima llegó en 1546 y tras la muerte del Duque en 1550 la orden jerónima fue nombrada heredera universal de don Fernando. Germana de Foix murió de hidropesía en la Masia del Espinar, cerca de la población de Liria, entonces monasterio jerónimo y ahora como consecuencia de la acción desamortizadora decimononicas, finca particular. En principio Germana de Foix fue enterrada en el Monasterio de San Bernat de Rascanya pero el 8 de junio de 1537 su esposo el duque de Calabria llevó sus restos mortales al Convento de Jesús, hasta tanto sus restos pudieran descansar en un monasterio jerónimo como había sido su voluntad.
Virreyes de Valencia en este periodo
• Diego Hurtado de Mendoza, conde de Mélito (Virrey de Valencia de 1520 y 1523)
• Germana de Foix (virreina de Valencia entre 1523 y 1525 en solitario)
• Germana de Foix y Fernando de Aragón (virreyes de Valencia entre 1526 y 1536 juntamente)
• Fernando de Aragón (virrey de Valencia entre 1536 y 1550 en solitario)

De Monasterio a Biblioteca Valenciana

Pese a la dilatada existencia del edificio, las vicisitudes más azarosas llegaron tras la desarmotización de 1835. Tras algunos intentos de demolerlo, y proyectos de convertirlo en parroquia, almacén para agricultores, fábrica de tabacos etc. en 1856 fue destinado a asilo de mendicidad. Tres años mas tarde pasó a ser cárcel de mujeres y posteriormente de hombres (1874). En 1936 se destinó para presos politicos condenados a muerte, primero con la Republica y luego con el franquismo, tanto de presos politicos como comunes. Dejó de prestar servicios carcelarios en 1966. 
Tras esta fecha sirvió como colegio durante largos años, a la vez que almacén de objetos procedentes de embargos, pabellones de la feria de julio, etc. La década de los ochenta marcó el inicio de las intervenciones en el edificio tras diversos proyectos, y múltiples propuestas de uso. Actualmente y desde 1999 es sede de la Biblioteca Valenciana Nicolau Primitiu, aunque la creación juridica de la Biblioteca es de 1985. La Biblioteca valenciana tiene como fin proteger y dar a conocer el patrimonio bibliográfíco valenciano allá donde se encuentre.

El eje fundamental de su colección lo constituyen los legados de intelectuales valencianos como Nicolau Primitiu que legó 25.000 volumenes, Amelia Comba, Mosén Josep Espasa, Badenes Dalmau, Adolf Pizcueta, Pere María Orts entre otros.

A ello se suman los fondos ingresados por depósito legal, habiéndose incorporado a su colección más de 45.000 monografías desde 1983, así como los fondos procedentes de la adquisición de bibliotecas o colecciones completas de autor, lugar de producción o asunto valenciano preferentemente.

En concreto, la colección actual de la Biblioteca dependiente de la Generalitat Valenciana cuenta con 2.562 manuscritos, 6.250 impresos de los siglos XV-XVIII, 160.000 monografías de los siglos XIX-XX, 9.000 títulos de publicaciones seriadas, 9.000 carteles, 30.000 postales antiguas, 200.000 documentos fotográficos, 30.000 dibujos originales y 6.000 unidades de material audiovisual. Está previsto que las instalaciones puedan albergar 2.000.000 de documentos.
Para la consulta de estos fondos la nueva biblioteca dispone de una sala de información bibliográfica, sala general de investigación, hemeroteca, sala de fondo gráfico y sala de reserva.

El Monasterio de San Miguel de los Reyes en el recuerdo

¡¡UN DÍA EN EL PARQUE..!!

28 de mayo de 2017
Un vistazo a las fotos de los parques temáticos vietnamitas. Este parque cuasi-religioso es entretenido, para un día de diversión irónica.

Soui parque temático Tien

Es un parque temático con templos reales, y con la gente realmente orando en ellos. Y casas encantadas que parecían templos. Estatuas gigantes de Buda, y un “ MUNDO de COCODRILOS“. Una rueda de la fortuna, una montaña rusa, un árbol de los deseos, un dragón enorme, y hasta ¡¡una tirolesa..!!
Un vistazo a los nombres de algunas de las atracciones, como El Reino de Genios, Hada Phoenix Palace. Dios del suelo en un templo. La Tierra Santa de hadas de aves. Teratología y anormales objetos. Misterio de la bruja del bosque. La rotación del Universo. La rotación del universo. Y, ¡¡más cosas curiosas..!!

Soui parque temático Tien

Sólo cuesta alrededor de $ 5 para entrar, pero cada atracción tiene un cargo adicional que se acumulan rápidamente. Al final del día, estábamos gastando más de $ 20 cada visitante.

Soui parque temático Tien

El paseo favorito era probablemente “Magic Castle”, basado en el mundo de Harry Potter. Esto no era una buena casa encantada! Dando tumbos en la oscuridad, una voz amenazante susurraba al oído más aterrador que cualquier experiencia genuina de Harry Potter, podría aspirar a ser.
Con mucho, la sección más popular del parque es su mundo acuático, la Tierra de hadas de aves, que se las arregla para ser aún más escandaloso que su nombre. Una pared de la montaña gigantesca, en la que se ha tallado el rostro de un antiguo rey, proporciona el telón de fondo de un conjunto de piscinas, toboganes y diversión acuática.
¡¡¡Ufff..!!

Soui parque temático Tien

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Barrios de VALENCIA: BENIMACLET y ORRIOLS.

Foto: KIKE TABERNER. Un muro de Benimaclet. 

https://www.wikiwand.com/es/Benimaclet#https://www.wikiwand.com/es/Els_Orriols

Viaje sentimental en el que se constata los cambios en la ciudad de VALENCIA. (Recortes de breves historias de los barrios de VALENCIA)

28/05/2017 

 La hilera de casas bajas que conforman el núcleo originario de Orriols. Están por debajo del suelo que las circuncida. La iglesia de San Jerónimo, que mira a la zona nueva, a la de los áticos de lujo y los adosados, le da la espalda. El Orriols de los sesenta, el del desarrollismo, aceras de hormigón y calles sin sol, también. De la decena larga de inmuebles, que dan todos a un solar abandonado que sirve de parking, Héctor Hugo Navarro elige el menos ornamentado de todos. “Sería ése; sí, ése”. 

El Chito es el protagonista de su novela La memoria del bandido (premio Giralda, 2013), editada por Drassana, un viaje sentimental a la València de los 80, la anterior a la Movida, la de los quinquis y la heroína, una época que en su día, contemporáneamente, fue retratada por otro novelista, José Luis de Tomás, en la novela ganadora del Nadal La otra orilla de la droga (1985). Treinta años después el retrato que ofrece Navarro de esa ciudad, de esos barrios, no es más optimista. Centrada en Benimaclet y Orriols, su obra permite revivir la València de las tribus urbanas, con bandas de delincuentes, una ciudad pobre con calles como éstas donde vivir era (y en algunos casos sigue siendo) sinónimo de sobrevivir.

“València és una ciutat de solars”, comenta Joanjo García (València, 1977). Vecino de Orriols, es autor de tres novelas publicadas por Bromera y las tres galardonadas: Quan caminàrem la nit (premio Enric Valor, 2012), Tota la terra és de vidre (premio Antoni Bru, 2015) y El temps és mentida (premio Ciutat d’Alzira, 2015). Bajo el intenso sol de mediodía del viernes, los dos novelistas recorren los territorios de su infancia, las calles por las que se criaron, dos barrios que han sido la periferia de València y que siguen formando parte de la otra cara de la ciudad, la que rara vez sale en las revistas de modas y tendencias.

Benimaclet, municipio hasta 1878, es en la actualidad el distrito 14, con una población de 23.696 personas según el padrón de 2016 y una densidad de más de 14.400 personas por kilómetro cuadrado. Más de la quinta parte de su población, 4.930 personas, tiene más de 65 años, y son mayoría las mujeres, especialmente entre los mayores. En los últimos 25 años la población se ha mantenido prácticamente inalterada. Si bien hace diez se alcanzaron las 25.000 almas, la cifra de residentes se ha ido disminuyendo hasta volver a unos parámetros muy parecidos a los de 1991.

En cierta medida, se puede decir que se ha despoblado, algo que García atribuye a la falta de identidad. “Ací no hi ha arrels, com a Benimaclet; la gent està com de pas. Per això, quan poden ixen del barri. Recorde de quan era menut que el meu pare no feia vida al barri i pensava que arribara el cap de setmana per tornar al que era el seu poble, en Conca”.  Con todo, ese descenso poblacional no implica que sea un lugar con espacios solitarios. Con unas dimensiones de 0,4 kilómetros cuadrados, su densidad supera las 40.000 personas. Y eso sin contar los no empadronados.

También lo bordea una curiosidad histórica: La iglesia de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. Se trata en realidad de la iglesia del Convento de Santa Catalina de Siena, que estaba situada desde los tiempos de Fernando el Católico en la actual calle de Pintor Sorolla, encima del desaparecido cementerio judío. Cuando en los años 70 se instaló el Corte Inglés, la iglesia fue trasladada piedra a piedra hasta Orriols, de intramuros a las afueras de la ciudad, al linde con Alboraia. Ahora mira al estadio del Levante. Dos templos frente a frente. Dos religiones, una milenaria, otra centenaria, cara a cara.

Estamos en el interior del bar Ifach. No hay nada cool en la decoración. La televisión encendida con un canal nacional. Es todo auténtico en su mundanidad. El Ifach es un típico ejemplo de local de la zona. “Fixa’t que ací gairebé ningú parla en valencià”, apunta. Él mismo es valencianoparlante por decisión propia; a los 16 años eligió adoptar la lengua de la tierra en la que estaba creciendo. Quiso plantar raíces. Sigue ahí. Su madre también. Y por la calle le saludan algunos vecinos. “És molt bon xiquet”, dice una señora mayor.

Ni siquiera las novedades urbanísticas que se han incorporado en los últimos años se escapan de lecturas pesimistas. Fincas nuevas de muchas alturas, cerradas en sí mismas, con zonas comunes y hostiles al barrio antiguo. Se puede vivir en Orriols y no pisar una calle del barrio. “Cal plantejar-se fins i tot quina és la funció del Jardí d’Orriols”, comenta Garcia. “No és un espai verd, sinó de segregació del barri vell i el nou. L’Ajuntament [del PP] el va concebre com una frontera de separació”, asegura.

Benimàclet está mejor. Ha progresado de manera diferente. “A mí me gusta decir que es un barrio moderno que nunca está de moda”, comenta Navarro. Como todos los viernes, hay mercado en la plaza. En una esquina se encuentra Martín, un cincuentón que lleva 20 años tocando la trompeta, quien se arranca con un tema solemne.

En una de las paredes, un cartel dedicado a San Guijuelo de Roldán, en una hornacina, como si fuera una capilla. Durante años presidió el pub hasta que hace poco tiempo Víctor decidió quitarlo. La chavalería, los millennials, no sabían quién era. Pero llegó la película de Alberto Rodríguez dedicada a Paesa, El hombre de las mil caras, y el póster regresó al Glop con honores. Los jóvenes ya saben quién es Roldán: es el Bárcenas de los noventa.

Por ello tuvieron sus propios referentes, hasta sus cines. Pero hasta eso está cambiando. Desapareciendo. El tiempo no pasa en balde. Primero fueron los cines. En Orriols, donde estaba el Concorde ahora hay un centro de Formación Profesional. En Benimaclet, aunque está siendo un proceso lento, la larga metamorfosis (aún en marcha) que convertirá a Arena en un Cónsum es toda una metáfora.

De vuelta al punto de partida, Navarro se detiene un momento en la panadería de toda la vida, donde sigue atendiendo Isabel. Es justo enfrente de la calle Rambla, donde vivió muchos años. Precisamente al final de esa calle, en la zona que da la huerta, apareció un cuerpo en una maleta en 2009. Las historias de dolor y muerte forman parte del acervo del barrio, como la huerta que la circuncida, elementos todos ellos presentes en la novela de Navarro y que sobrevuelan en Garcia.

Tanto Orriols como Benimaclet tienen una extraña relación con el campo, tan venerado por ecologistas del centro. Pero en los dos barrios no se ve igual. Es un paisaje cercano y a la vez extraño. Conviven en el barrio quienes vienen de los primeros agricultores, sobre todo en Benimaclet, con los que se encontraron la huerta como una frontera que delimitaba el fin de la ciudad. Su relación con la sociedad es una buena síntesis de los conflictos que se han vivido en los últimos años. Mientras pasean por la huerta, con San Miguel de los Reyes al fondo, un tractor pasa por la zona cargado de patatas.

Son pasadas las dos y media del mediodía. El sol cae a plomo. Las calles de Orriols están llenas de gente. Es un ir y venir. Como pasaba en Benimaclet. Tanto Navarro como Garcia comparten la fe en que la Literatura pueda servir para fijar esa identidad difusa de los barrios de las afueras, contribuya a dar fe de la València más olvidada. Una parte de la ciudad que reivindica su presencia. Mientras, los trabajadores del Levante Unión Deportiva cierran las vallas del estadio. Quedan menos horas para el partido, el antepenúltimo antes de que Orriols vuelva a ser de Primera. Un encuentro que se saldará con victoria del equipo granota, que remontará, para alegría de Navarro, levantinista de pro. Eso es algo muy de Orriols, de Benimaclet, de las gentes de la periferia: no rendirse, remontar. 

TEMPLOS HINDÚES VIETNAMITAS

¡¡De nuevo me estoy detenido en particularidades de la vida vietnamita, a pesar de lo afirmado en otros trabajos del BLOG DEL GERUNDIO, sobre lo agotado de mis «fuentes». Y, es que es temario de humanidades, donde no puede faltar las referencias a las relaciones de sus hombres con sus dioses..!!

Aunque solamente una pequeña parte de la población de Vietnam practica la fe, una serie de templos hindúes prominentes están situados justo en el centro de Saigón. 

El hinduismo es la religión de elección para el reino de Champa, que se basa en Hue y se derrumbó en el siglo 15 como los vietnamitas comenzó a rodar desde el norte. La Champa, estuvo fuertemente influenciado por la India, y restos de sus pagodas todavía se pueden encontrar en el centro de Vietnam. Hoy en día, casi todo de Vietnam 54.000 hindúes vienen de las comunidades Cham supervivientes. Puede que no haya muchos de ellos, pero cuando están visitando Saigón, van a encontrar una gran cantidad de lugares para el culto.

Sri Thendayuthapani

Sri Thendayuthapani

Comenzamos en el templo de Sri Thendayuthapani. (Los vietnamitas, cuyo idioma no le va bien con las palabras de varias sílabas, llamarlo el Chùa Filter Giáo.) A pesar de la falta total de fieles, nos las arreglamos para ver una ceremonia, que consistía en su totalidad de un hombre solitario agitando una quema de incienso palo y tocando una campana delante de cada una de muchas estatuas del templo.

En el interior del patio, hay un santuario interior, cuyas paredes están cubiertas de azulejos de colores; los visitantes no están permitidos en el corazón de esta estructura. Lo hicimos, sin embargo, tenemos la oportunidad de subir a la azotea y obtener un vistazo de cerca a la shikhara estatua tachonada (aguja) que, junto con las deidades hindúes multi-armado habituales, cuenta con unas figuras extrañas, tales como los jóvenes pajarita en tirantes, y lo que podrían haber sido Charlie Chaplin.

Subramaniam Swamy đen

En la esquina de la Sri Thendayuthapani, encontramos el Subramaniam Swamy … lo que era o bien un templo hindú, o la casa de una señora. Todavía no estamos del todo seguro. La mujer que se enfría en una silla, mirando a sus jabones en un televisor de pantalla plana, parecía sugerir “casa”. Pero entonces, había claramente un santuario, así que … “templo”? Sin embargo, debemos tener en cuenta el ejercicio en bicicleta en la esquina: “Casa”.

Al final, nos dimos cuenta de que era a la vez. En cualquier caso, no parece que el ocupante-okupa-custodio a la mente nuestra presencia, y pasamos unos minutos a consultar este extraño lugar de culto. Hubo un altavoz en una esquina, cuyo único propósito era a sonar a todo volumen un mantra en la repetición, y un conjunto de dioses de registro divertida de cara, cuya historia fue publicado en Inglés. Básicamente, algo interrumpió el hombre que había estado tallando estos dioses de madera, por lo que les deja tal cual … pero aún incompleta, exigen culto.

Templo mariamman

Templo mariamman

templo de la ciudad más importante hindú, y el centro espiritual de la comunidad hindú, es el templo Mariammam. Visitamos poco después de que había vuelto a abrir para el almuerzo. Mariammam es la diosa hindú de lluvia, que se cree para curar enfermedades como la viruela. Una leyenda publicado el interior del templo habla de una mujer encantadora llamada Nagavali, que sin querer insultó a los dioses por ser demasiado hermosa. Como castigo, fue afligido con marcas de viruela, lo que lleva a su marido para rechazarla. Se hizo conocida como “Mari”, que significa “cambiado”.

Este fue el más activo de los tres templos que visitamos. Perplejo, vimos una fila de mujeres fieles presione la cabeza repetidamente contra, frías paredes de piedra del altar. Si se trataba de una oración por la belleza o una tez clara, o algo completamente distinto, no estamos seguros.

 

Sri Thendayuthapani

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Templos hindúes de Saigón

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Templo mariamman

 

MUSEO DE BELLAS ARTES DE SAIGÓN

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¡¡Eh, eh, alto y claro..!!

Habíame dicho yo que de SAIGÓN, las fuentes de interés me estaban agotadas. Y así parecía. Pero, eso, un museo es una excepción, si sirve para contemplar arte y comparar con otros de los variados «panteones» de pinceladas del mundo dado en llamar académico o culto. Más o menos. Ergo, retrocedo un poco en mi aseverada condición del tema agotado, para «mojar» en este tintero.

¡¡Y, séase lo que se quiera ser..!!

25 de mayo de 2017

Ocupando un conjunto de tres edificios de la época colonial en el corazón de Saigón, el Museo de Bellas Artes está repleto de esculturas antiguas, pinturas clásicas, y lienzos contemporáneos. Todo es digno de atención plena, pero nos encontramos moviendo demasiado rápido a través de las habitaciones, simplemente porque no había mucho que ver.

Museo de Bellas Artes de Saigón

La mansión edificio amarillo y blanco, que contiene la mayor parte de las fechas de la colección del museo desde 1929. Este es el edificio más grande, y el uno en el que pasará la mayor parte del tiempo. El museo cuenta con una atmósfera fascinante de la edad y el abandono. Las habitaciones son grandes y espaciosas, y cuando hay pocos visitantes (como me imagino que suele ser el caso), se puede sentir como que usted está explorando una antigua mansión. El ascensor, tristemente desaparecida, es en sí mismo una obra de arte.

Pintura vietnamita hombre joven

Aunque varios artistas internacionales se incluyen en la colección, el enfoque del museo está en el arte vietnamita. Nos encantaron los grandes lienzos de laca, las delicadas pinturas realizadas sobre seda, y las modernas pinturas relacionados con la guerra. Algunas piezas fueron claramente influenciado por el arte occidental, pero nos gustó las que se sentían más local, incluyendo algunos con una inclinación decididamente comunista.

Caso espiral de la escalera Saigón

del museo otros dos edificios también abarcan varios pisos, y se centran más en la antigua cultura del país y el arte religioso. Hay incrustaciones cerámicas, altares de madera con la madre-de-perla, y las estatuas de deidades de imperios desaparecidos, como el Funan y Cham. Estos edificios son tan antiguos como la sala principal, y la arquitectura tan fresco. Jürgen pasó por lo menos veinte minutos fotografiar las escaleras.

Dada la ridículamente bajo costo de entrada (alrededor de $ 1) y la ubicación central, visitando el Museo de Bellas Artes es realmente una obviedad, a menos que usted no tiene absolutamente ningún interés en el arte. Y que realmente debe tener algún interés en el arte.