IGLESIA DE PINEDA DE LA SIERRA. provincia de BURGOS

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GERUNDIO

Corretear por los campos burgaleses y sorianos, de la Castilla la Vieja, resulta, con ganas, curiosidad y tiempo, toda una aventura conducente al pasmo absoluto. Especialmente cuando no es objetivo predeterminado el estudio, un decir, del mejor románico que por allá se encuentra, restos de pasados esplendores. Y, tengo yo memoria de un «encuentro» casual, con esta muestra eclesial, cuya «vista», nos ocurrió en una vacación de los años ¿sesenta o setenta..? Perdidas mis notas de viajes, de las viejas libretas que conservaba, no ha quedado borrado del todo por el paso de los tiempos, restos de memoria, este «encuentro». Recuerdo que teníamos, en aquella aventura de «carretera y manta», (que decía mi «santa», –q.e.d.–), como objetivo final o pretexto, allegarnos hasta Alentisque, de Soria, en cuya estación de ferrocarril MZA., fallecía, por los primeros años veinte, mi abuelo paterno, –que no llegué a conocer–, de mi mismo nombre y apellido. (Amén de otros objetivos castellanos propuestos por la familia López Plá, nuestros grandes amigos, que nos acompañan en la «aventura»).
Estos días haciendo «viaje virtual» por la «red», uno de mis juegos favoritos, he quedado muy gratamente sorprendido, «trompicando» con esta información, de la que copio y pego, para la componenda de un «link», en mi BLOG DEL GERUNDIO, que «voleo». por si queda en valor recostarse en historias del románico impresionante castellano del norte. ¡¡Vele ahí, «in memorian» de aquél «ferroviario» que fue mi abuelo..!!
Iglesia de Pineda de la Sierra. Burgos
http://www.pinedadelasierra.es/
En plena Comarca de la Sierra de la Demanda, la localidad de Pineda de la Sierra, con sus apenas cien habitantes censados (que aumentan considerablemente en épocas vacacionales), es una de las poblaciones más aisladas de la provincia burgalesa, situándose aproximadamente a unos 50 kilómetros al este de la capital no lejos de los confines riojanos y sorianos.

Introducción

Iglesia románica de Pineda de la Sierra, Burgos
Atravesado por las aguas de un recién nacido río Arlanzón, el caserío de Pineda se recuesta a las faldas del Pico San Millán, que con sus 2132 metros constituye el punto de mayor altitud de la provincia de Burgos.
Pineda de la Sierra rodeada de montañas de la Sierra de la Demanda
Su privilegiado emplazamiento en un entorno rico en pastos fue clave en su desarrollo ya desde el siglo X, época en la que fue repoblada por el Conde Don Sancho; así como tras la extensión de su fuero en 1136 por Alfonso VII, constituyendo todo su término un punto de referencia en las rutas de transhumancia y de la mesta.
La iglesia está rodeada de viviendas serranas muy bien construidas
Ya en la Edad Moderna, además de los beneficios que le proporcionaban los pastos, su riqueza maderera dotó a Pineda de un segundo momento de esplendor del que son aún hoy testimonio visible las numerosas casonas nobles y palacetes rurales conservados en su casco urbano.
La iglesia de San Esteban ocupa un lugar privilegiado dentro de la localidad
La iglesia
El elemento más interesante de Pineda de la Sierra es sin lugar a dudas su iglesia parroquial románica, bajo la advocación de San Esteban Protomártir y cuya construcción, acomodada a una empinada ladera en el centro del caserío, debió constituir todo un reto de equilibrio para sus arquitectos y constructores.
Iglesia románica porticada de San Esteban Protomártir de Pineda de la Sierra, desde el sur
Levantada en noble sillería arenisca de un color rojizo muy típico en estos parajes serranos, presenta una planta basilical de una sola nave que desemboca, tras un arco triunfal ligeramente apuntado, en un espacio cabecero conformado por un tramo recto presbiterial y un ábside semicircular. La torre campanario se eleva en su costado norte, mientras que al lado sur de despliega su preciosa galería porticada, verdadero icono del edificio.
Galería porticada
El aspecto actual del templo es el resultado de tres fases constructivas principales: la primera de ellas, hacia la primera mitad del siglo XII, se correspondería con el ábside semicircular, el presbiterio y los dos primeros tramos de la nave, incluida la portada principal.
Capitel de la puerta; sagitario y sirena pez
A finales de la propia duodécima centuria se procedería a levantar su galería porticada, la cual, en primera instancia y a juzgar por su descentramiento respecto a la puerta y por diversos testimonios arqueológicos, es muy posible que se prolongase también por el costado occidental del inmueble.
La iglesia desde el sureste
Por último, ya en el siglo XVI la iglesia sería sometida a obras de ampliación y de reforma por las cuales, se procedió a añadir un tercer tramo a la nave, momento en el cual la primitiva armadura de madera que cubría los dos tramos más antiguos fue eliminada con el objetivo de quedar toda la cubierta unificada mediante la solución de crucería bastante más elevada que hoy apreciamos. Poco después se levantaría al costado norte la torre actual que sustituiría a la original, así como la sacristía.
Canecillos
Cabecera
Así por lo tanto, el elemento presumiblemente más antiguo de todo el conjunto vendría a ser su cabecera, configurada por un ábside semicircular dividido al exterior en cinco paños delimitados entre sí por cuatro columnas entrega rematadas en capiteles decorados con motivos vegetales y leones a la altura de la cornisa.
Cabecera
De los cinco paños, los tres centrales presentan pequeños ventanales conformados por sencillas aspilleras abrazadas por arcos de medio punto dovelados que descansan sobre columnillas de fustes monolíticos y capiteles de notable interés.
Uno de los ventanales del ábside
Los del ventanal más al sur reducen su decoración a fórmulas vegetales talladas a bisel. Los capiteles del ventanal central, justo en el eje, presentan aves enfrentadas entre hojas de acanto en una de las cestas, y dragones también afrontados en su contraria.
Otro ventanal con capiteles cuya temática es zoomorfa
Mayor interés presentan los capiteles de la ventana más al norte, en la que, además de una cesta con aves pareadas, aparece una curiosa composición figurativa en la que dos ángeles, ocupando cada una de las caras visibles del capitel, parecen dirigirse en clara actitud de movimiento hasta el ángulo de la pieza, donde aparece otro personaje vestido con una túnica y las piernas cruzadas. Algunos especialistas han apuntado la posibilidad de que se trate de una escena de la Anunciación.
El tercer ventanal del ábside
Por último, completa la decoración absidial una interesante colección de canecillos figurados en los que además de motivos vegetales, seres fantásticos, bustos y aves; aparece un variado bestiario real en el que identificamos un jabalí, un león, un oso, una liebre e incluso unos simios.
Canecillo
Capitel de leones del ábside
La portada
Contemporánea a la cabecera es la portada principal de acceso al templo que, al permanecer casi desde su origen cobijada por la galería porticada, se conserva en relativo buen estado. Sobre un elevado podium accesible por varios escalones que ayudan a salvar la pendiente del terreno, despliega un total de cinco arquivoltas de medio punto molduradas que descansan sobre otras tantas columnas acodilladas a cada lado del vano.
Puerta de la iglesia de Pineda de la Sierra
En los capiteles encontramos un variado programa escultórico en el que, empezando por la cesta de la izquierda, reconocemos una composición a tres caras en las que dos mujeres parecen velar un cuerpo depositado en un sarcófago junto a una personalidad eclesiástica ataviada como tal que bendice. Esta escena, de muy difícil identificación, ha sido relacionada por algunos estudiosos con un pasaje de la vida de San Nicolás, aunque otros han apuntado que pudiera tratarse de alguna tradición local.
Otro capitel que muestra a un obispoo ante una persona muerta
Continuando la lectura de los capiteles de izquierda a derecha según el punto de vista del espectador, encontramos grifos pareados, dos sirenas representadas de perfil con sus cabezas giradas, una cesta vegetal y, por último, una sirena de doble cola junto a un centauro sagitario que se dirige a ella apuntando con su arco.
Arpía de impactante aspecto
Capitel de la puerta
Al otro lado del vano, la primera escena que no tardamos en identificar es una Adoración de los Magos. Después, tras una sucesión de tres cestas decoradas con motivos vegetales muy bien trabajados, el último capitel, también con tres caras, presenta otras tantas escenas: San Pedro junto a San Pablo, una nueva hoja de acanto y Sansón desquijarando al león.
Capitel con la Adoración de los Reyes Magos
La galería porticada
La galería porticada, auténtico santo y seña de la iglesia de Pineda de la Sierra, fue levantada en una segunda fase constructiva ya a finales del siglo XII, resultando realmente llamativo el descuadre existente entre la puerta de acceso al pórtico y la portada principal.
La galería de la iglesia de Pineda de la Sierra es uno de los elementos más notables y característicos
Esta circunstancia, además de explicarse por la propia razón de pertenecer a etapas constructivas diferentes, se refuerza por el hecho de que, muy probablemente, en un primer momento la galería continuaba por el hastial occidental del edificio, sin embargo, al ampliarse un tramo la longitud de la nave en el siglo XVI, hubo de ser completamente remodelada.
Galería porticada de Pineda de la Sierra en una mañana soleada
En la actualidad, la pieza presenta una gran homogeneidad estilística cuya factura ha sido puesta en relación con otros templos serranos como Vizcaínos y Jaramillo de la Fuente; procediendo todos ellos del tronco común del maestro del claustro alto de Silos.
La mayoría de los capiteles tiene figuras geométricas y vegetales aunque algunos llevan figuración humana
Sobre un prominente banco corrido en el que de nuevo entra en juego la dificultad orográfica de una construcción levantada en plena ladera; consta la galería de once arcos de medio punto sobre columnas pareadas culminadas en capiteles de doble cesta. De los once arcos, seis de ellos quedan al oeste de la puerta de acceso mientras que los cinco restantes se abren al este de la misma.
La galería se asoma a las calles serranas del pueblo
En cuanto a la decoración de los capiteles, predomina en todo el conjunto la decoración vegetal a base de diferentes modelos de hojas de acanto, palmetas, hojas de remate avolutado incluso alguna con frutos colgantes. Los únicos guiños a la decoración figurativa de la galería los hayamos en las parejas de capiteles tercera y quinta, donde entre la propia decoración vegetal, aparecen representados unos personajes con la cabeza cubierta y largas túnicas de complicada identificación.
Personaje esculpido en uno de los capiteles
Así pues, tanto la iglesia románica por méritos propios, como por supuesto el entorno serrano en que se levanta, hacen de Pineda de la Sierra un lugar ineludible de visita para cualquier aficionado al románico.
(Autor del texto del artículo:
José Manuel Tomé)
 
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